El desconocimiento del idioma hace que un ciudadano
confunda el «tiempo futuro» con el «tiempo
pasado».
En otro artículo (1) les comento que nuestra
cultura no sabe explicar «para qué hay que tener conocimientos de utilidad desconocida».
Los jóvenes
que tienen que cumplir con las tareas escolares muchas veces les preguntan a
los adultos para qué tienen que estudiar tal o cual asunto, siendo que en su
proyecto de vida jamás tendrán necesidad de saber sobre “El Quijote”, ni sobre
la raíz cuadrada de 9, ni sobre los tiempos verbales.
Casualmente
quería hacerles un comentario sobre la conjugación de los verbos, por tratarse
de un obstáculo frecuente en la vida estudiantil.
Desde el
punto de vista semántico, «El verbo significa una acción,
proceso o estado de hechos situado en un tiempo determinado.» (2)
En Modo
Indicativo, «Cuando se afirma algo, el tiempo absoluto de
referencia es el presente. A partir de este presente podemos hablar de hechos
pasados y de hechos futuros. Todo lo acaecido antes del presente es, pues, el
pasado o pretérito. Todo lo acaecido después del presente será el futuro.» (2)
Con estas
dos definiciones que copio y pego de Wikipedia, estamos en condiciones de
pensar que los niños y jóvenes que no tienen más remedio que estudiar idioma
español, tendrán que pasar por entender estos fenómenos lingüísticos.
¿Qué
podemos contestarles los adultos cuando nos preguntan para qué molestarse
estudiando esto que aprendieron desde pequeños?
Los hechos
parecen demostrar que el conocimiento que suponen tener desde pequeños es
bastante escaso.
Los
ciudadanos, que creen conocer su idioma porque lo hablan desde pequeños,
escuchan una promesa expresada en Tiempo Futuro del Indicativo («haré»,
«solucionaré», «ustedes obtendrán»), como si fuera expresada en Tiempo Pasado
del Indicativo («hice», «solucioné», «ustedes obtuvieron»).
Quienes
votan alentados por una promesa, no entienden profundamente su idioma.
(Este es el
Artículo Nº 1.666)
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8 comentarios:
Los que sí conocen muy bien el idioma son los políticos.
Sin duda! lo peor de todo es decidir alentados por una promesa.
Niños y adolescentes tienen un poco más de dificultad para vislumbrar el futuro que adultos y ancianos.
Tienen un pasado muy corto y una perspectiva de futuro muy larga.
Cuando mis hijos me preguntan por qué tienen que estudiar, yo les digo que es porque no queda otra. ¿Creen que soy una mala madre?
Ud es una mujer sincera, Selva.
La verdad que para el proyecto vital es importante conocer los tiempos verbales.
A las promesas se las lleva el viento, lo mismo que a las palabras. Sin embargo promesas y palabras siguen resonándonos en la cabeza.
Para manejarse en sociedad, inmersos en la cultura, los niños tienen pocos conocimientos. Para sobrevivir tienen muchos más.
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