La memoria gana en confiabilidad
con el esfuerzo que hacen los estudiantes del sistema educativo, aunque crean
perder el tiempo.
Desde que conocemos las funciones que realiza
un computador, reafirmamos nuestra creencia en que la memoria es una
recopilación ordenada cronológicamente y confiable a la hora de evocar
cualquier registro.
Los computadores muestran, sin alteración
alguna, lo que en él hayamos guardado. Nos gustaría que la memoria hiciera lo
mismo, pero eso no es tan así.
El guardado y la evocación de nuestras
vivencias no tienen un criterio realista sino político.
Por «criterio político» quiero decir que la memoria guarda y evoca lo que
nos conviene y no guarda, o extravía, aquello que nos conviene desconocer.
El Diccionario de la Real
Academia, define la palabra «paramnesia» (1) como: «Alteración de la memoria por la que el sujeto cree recordar situaciones
que no han ocurrido o modifica algunas circunstancias de aquellas que se han
producido».
La propia etimología de «para_mnesia» nos
indica que se trata de un «recuerdo anormal, irregular, contrario a la memoria
propiamente dicha».
En otro
artículo (2) les decía que muchas personas no logran identificar la diferencia
entre futuro y pasado a la hora de interpretar una promesa como algo ya
cumplido.
Coloquialmente decimos que alguien está
opinando «con el diario
del lunes», cuando el referido insiste con que los hechos de los que se comenta
eran absolutamente previsibles. Por ejemplo: es opinar «con el diario del
lunes», afirmar que «era obvio que, en el encuentro deportivo disputado el
domingo pasado, el equipo A se impondría sobre el equipo B».
Este
funcionamiento «político» que hace nuestro cerebro con las funciones
memorísticas (memorizar y evocar), puede mejorar (ganar en credibilidad, en
precisión, en realismo), con el esfuerzo que hacen los estudiantes del sistema
educativo, aunque crean perder el tiempo (3).
(Este es el
Artículo Nº 1.667)
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13 comentarios:
No me parece que el inconsciente pueda entrenarse. Por más que el estudio entrene nuestra memoria, el inconsciente es mucho más hábil y más sabio. El se las ingenia para salirse con la suya.
Creo que no memorizamos lo que queremos sino lo que podemos, el entrenamiento me parece que no modifica demasiado las cosas.
Por experiencia le digo que lo memorizado sin entender, se hace imposible de evocar o se evoca en forma distorsionada.
Apoyo la idea de In. Cuando un niño vive situaciones que no comprende y que en algunos casos pueden ser traumáticas, las distorciona. Luego sus recuerdos no se corresponden con la realidad de lo ocurrido.
Es una suerte que la memoria mantenga un criterio político, lo cual no quiere decir que quedemos excentos de problemas. Las distorsiones que provoca la memoria nos traen abundantes conflictos interpersonales.
¿Cómo diferenciar la paramnesia en un individuo neurótico de la paramnesia en un psicótico? ¿Son diferentes?
Algunos hacen un uso político de su memoria a consciencia. Son los sociópatas, las personas que no pueden sentir culpa ni ver a los otros como personas. Los perciben como objetos a los que usan.
Lo que percibimos en el momento presente no siempre se ajusta a la realidad compartida. No sólo deformamos la realidad pasada, sino también la presente.
Los filósofos que cuestionan la existencia de la realidad compartida, me generan una mezcla de fascinación, curiosidad y angustia.
Muchos son los que creen poder predecir el futuro. Quizás algunos realmente lo puedan hacer, vaya uno a saber. Personalmente pienso que en realidad lo que sucede es que el futuro anunciado es producto de la deducción.
Si el sistema educativo entrena la memoria, la hace más certera, puede ser útil a la hora de operar en el ámbito laboral, por ej.
La memoria que entrena el sistema educativo nos hace más eficaces y a la vez más estructurados y menos creativos.
Me parece que el sistema educativo, al enseñar cosas tan dispares, mejora la memoria facilitándoles a los estudiantes la comprensión global de la realidad y no por exigir la memorización mecánica de los contenidos.
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