viernes, 18 de mayo de 2012

Un error al comprender



Pensamos que la naturaleza nos pertenece aunque en realidad nosotros le pertenecemos.

Partamos de la base de que los humanos somos parte de la naturaleza pero que la naturaleza no forma parte de los humanos.

En otras palabras: estamos contenidos en ella pero no al revés; ella es el «envase» y nosotros formamos parte del contenido, pero los humanos no somos un «envase» que contiene a la naturaleza.

Por lo tanto, comienzo diciendo que existe una asimetría radical: la naturaleza nos contiene a nosotros pero nosotros no la contenemos a ella.

Esta aclaración parece redundante pero les comento por qué tanta insistencia: nuestro cerebro cuando comprende algo tiene la sensación de que lo contiene. Pero no es una mera ilusión que les ocurre a algunas personas. Por el contrario, es algo que está establecido en el idioma.

Comprender. (1)
(De comprehender).
1. tr. Abrazar, ceñir, rodear por todas partes algo.
2. tr. Contener, incluir en sí algo. U. t. c. prnl.
3. tr. Entender, alcanzar, penetrar.
4. tr. Encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro. Comprendo sus temores. Comprendo tu protesta.

Como podemos observar, recién en la cuarta acepción encontramos la más usual, la de entender, concebir, admitir. En las tres acepciones anteriores las ideas predominantes giran en torno al concepto «encerrar», «captar», «apoderar».

Esto es así porque nuestro proceso de entendimiento es una forma de ingestión, digestión, asimilación.

Lo que vemos, leemos, oímos, entra en nuestra mente de forma similar a como entran los alimentos por nuestra boca.

Para aceptar una idea tenemos que «digerirla» mentalmente, de modo similar a como ingerimos cualquier alimento que termina convirtiéndose en parte de nuestro cuerpo.

En suma: A pesar de que entendemos incorporando, tenemos que «comprender» que la naturaleza no es parte nuestra sino que nosotros somos parte de ella.

 
(Este es el Artículo Nº 1.576)

11 comentarios:

Gabriela dijo...

A menudo confundimos. Creemos que al ser parte de una persona, esa persona nos pertenece. Nos pasa con nuestros hijos y con la pareja.

Luis dijo...

Al abrazar, comprender y penetrar una persona, sentimos que la poseemos.
Ni nosotros la poseemos, ni ella nos posee a nosotros. Somos dos formando parte de algo. Formando parte de la naturaleza.

Margarita dijo...

Por creernos dueños de la naturaleza es que la depredamos, rompiendo su equilibrio.

Elbio dijo...

Numerosas personas, circunstancias vividas, incluso nuestro organismo, forman parte de nosotros. Pero no son nosotros. Nos hacen, nos moldean. Nosotros somos algo más, que no es la suma de todo eso.

Mª Eugenia dijo...

¿Entonces nuestro cuerpo no nos pertenece? ¿Qué nos pertenece si no nos pertenece nuestro cuerpo?

Elbio dijo...

Buena pregunta...
La vinculo con el discutido tema del aborto.
Quizás acá Lacan tenga razón: no hablamos, sino que somos hablados.

Luján dijo...

Como nuestro cuerpo forma parte de la naturaleza, en última instancia no nos pertenece. No podemos decidir cuando nacemos ni cuando morimos.

Lautaro dijo...

Por eso que dice Luján es que nuestra única misión: conservarnos con vida y reproducirnos, depende de nuestro instinto. Es decir, como parte de la naturaleza que somos, respondemos como todos los seres vivos.

Lola dijo...

Estoy orgullosa de mi instinto.

Norton dijo...

La cultura también forma parte de lo que somos, pero si no me equivoco, sus contenidos se alojan -por así decirlo- en la corteza cerebral, la parte más nueva, evolutivamente, de nuestro cerebro.

Evaristo dijo...

Es complicado, porque uno de los tres tipos de la corteza cerebral es la arquicorteza, compuesta por el hipocampo, donde se alojan nuestros instintos, la parte ¨animal¨. La neocorteza es donde se aloja el raciocinio. Así que en la corteza está lo cultural (desarrollado en todos los primates) y lo instintivo. Los primates tienen una compleja vida social.