martes, 1 de mayo de 2012

La religión en la ancianidad



Desde un punto de vista organicista (materialista, no espiritualista), el cuerpo de algunas personas segrega ideas religiosas, especialmente en la ancianidad.

Nuestro modesto cerebro piensa que somos grandes, grandiosos, maravillosos. Esto obedece a que una parte de nuestra psiquis, llamada «narcisismo», se encarga de moderar la percepción de la realidad como para que no vivamos en un pozo depresivo, imposibilitados de salir de la postración.

Esto de imaginarnos grandiosos nos lleva, por ejemplo, a identificarnos con los elefantes porque son los animales «visibles» más grandes.

Aclaro lo de «visibles» porque más grandes que los elefantes son las ballenas, pero como no son «visibles», entonces nos quedamos con los elefantes que sí lo son.

El monto de afecto negativo que sentimos por las arañas es similar al monto de afecto positivo que sentimos hacia los elefantes.

Este sentimiento tan especial hacia un animal relativamente exótico para gran parte de la humanidad, ha creado una leyenda según la cual los elefantes «saben» cuándo están próximos a la muerte y de tan sabios, concurren a un cementerio que ellos tienen en África.

De más está decir que esta leyenda es falsa. En todo caso ellos mueren cerca de alguna fuente de agua porque luego de beber ya no tuvieron fuerzas para continuar el natural peregrinaje que los caracteriza.

Como para nuestra psiquis somos parecidos a los elefantes (¡al menos en la grandiosidad!), los humanos, cuando envejecemos y sabemos que estadísticamente estamos más cerca de la muerte que cuando éramos jóvenes, nos vamos a morir en el seno de alguna religión.

Es un hecho comprobado que la mayoría de los ancianos tienen un fuerte sentimiento religioso, independientemente de cuáles hayan sido sus creencias anteriores.

Si aceptamos que somos exclusivamente orgánicos (sin espíritu ni alma), resulta coherente afirmar que un organismo anciano segrega ideas religiosas.

(Este es el Artículo Nº 1.559)

13 comentarios:

Manuel dijo...

Próximos al final, la necesidad de más vida... (que las religiones prometen en el más allá).! Como dijo el cantautor: el hombre cree en Dios cuando lo necesita... O sea: el Hombre creó a Dios.

Tania dijo...

Percibir toda la realidad terminaría por enloquecernos.

Emiliano dijo...

Nuestro cerebro sigue pensando lo mismo que pensaba cuando éramos niños.

Alba dijo...

Antes creíamos que los elefantes tenían una gran memoria. Después se comprobó que no era así. Igual, por costumbre se sigue diciendo ¨tenés una memoria de elefante¨. No queremos olvidar. Olvidar es darle muerte a la vida que ya se nos fue.

Lautaro dijo...

No vemos a las ballenas porque vivimos de espaldas al mar y porque nos recuerdan a un videt.

Rulo dijo...

Adoro las arañas. Sobre todo a la Viuda Negra.

Yoel dijo...

Ah! la viuda del Pancho. Dios lo tenga en la Gloria! (murió antes de hacerse de una religión)

Gabriela dijo...

Cuando sea vieja me parece que voy a volverme Panteísta o me voy a poner a estudiar física cuántica.

Leticia dijo...

Qué divino que era Dumbo. Tan DIVINO que volaba!!!

Lucas dijo...

Si luego de beber no tienen fuerza para continuar su peregrinaje (vaya a saber, capáz que visitan a alguna virgen milagrosa), o se tomaron hasta el agua del florero, o tienen unos tanques orgánicos enormes.

Marisa dijo...

Cierto, las religiones son como el seno materno.

Marcos dijo...

Yo le pido a Dios seguir segregando feromonas!!!

Pablo dijo...

Mi viejo era Stalinista, pero en sus últimos años se pasó para ¨Dios es amor¨. Puede que haya sido por comodidad... las dos sedes quedaban en la misma cuadra.