Según parece, la delincuencia no está provocada por la pobreza y quizá sea un «fenómeno natural adverso».
Casi todos los humanos justificamos con cierta
benignidad que alguien robe para darle de comer a sus hijos. También
justificamos, aunque con un poco menos de tolerancia, que alguien robe para
comer él mismo.
A partir de estos extremos, son menos las
personas que toleran el acto de robar. La «apropiación indebida» es declarada ilegal,
aunque obsérvese que dije «declarada», porque mi intención es señalar que en el
fondo todos tenemos una marcada tendencia a no respetar demasiado la propiedad
ajena (1), aunque cuidamos la nuestra con especial rigurosidad.
Casi todos
nuestros actos de honestidad están determinados por el miedo a las
consecuencias (descubrimiento, denuncia, vergüenza).
Los pueblos
hispano-parlantes tenemos una larga tradición de estar gobernados por partidos
pertenecientes a la derecha política, al mismo tiempo que los militantes de la
izquierda política han luchado de forma democrática y antidemocrática
(guerrilla) para ascender al poder.
Su
discurso, descalificador de esos gobernantes de derecha que parecían
inamovibles, nos convencieron de que la inseguridad ciudadana estaba provocada
exclusivamente por la pobreza de amplios sectores de la población.
Finalmente
tuvimos la suerte de que en muchos de nuestros países llegaran al poder
democráticamente los militantes de izquierda y ahora estamos asombrados de que,
habiendo descendido la cantidad de pobres, han aumentado los delitos a niveles
alarmantes.
En suma I: la explicación de que «la delincuencia
está generada por la pobreza» ahora parece errónea.
¿Qué otra
hipótesis podemos probar ahora?
Propongo
pensar que todos los seres vivos formamos parte de la naturaleza y que somos
«actuados» por ella, aunque luego expliquemos nuestros actos como si hubieran
sido deliberados e intencionales.
En suma II: la ola delictiva que nos afecta es un
«fenómeno natural adverso» que «ya pasará».
Otras menciones del concepto «los humanos como fenómeno natural»:
(Este es el
Artículo Nº 1.580)
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6 comentarios:
¿En dónde han aumentado los delitos a niveles alarmantes? Quiero cifras y lugares. No me alcanza la sensación térmica.
Los fenómenos naturales adversos tienen una explicación, en el sentido de que algo los causa. Un terremoto no sucede porque sí. A veces no conocemos la causa que provocó ese fenómeno natural, entonces estudiamos y planteamos hipótesis.
No creo que todo tenga una causa. Más allá de que existen fenómenos inexplicables, que luego puedan ser explicados, hay otros que no tienen por qué tenerla. Nos olvidamos de que todo lo percibimos desde nuestro limitado cuerpo humano. Hablar de causas también es algo humano. No todos los seres deben percibir la realidad en términos de causa-efecto, aunque el psicoanálisis sí lo hace, pero aludiendo a la policausalidad.
Desde mi punto de vista, y siguiendo el planteo de Luján, creo que ese es el gran error de los ateos. Piensan que el ser humano es el centro de todo. Ven a Dios a su imágen y semejanza, porque así fue explicado a través de muchas religiones que hicieron lo que pudieron en su tiempo histórico. Dios es. Simplemente. La fe no necesita de nuestro raciocionio. Lo trasciende.
Si la ola delictiva es un fenómeno natural adverso que ya pasará, entonces más vale guarecerse y esperar que acampe. ¿Por qué? ¿No tenemos poder, no podemos hacer cosas, intentar cambios, pensar?
Hermosísima la foto!!! A ver, voy a divagar. Dejando de lado los colores y la composición, voy a dejarme llevar por lo sugerente de la imágen. Una mujer de rojo destacándose en el verde. Una luz en el fondo que no sabemos qué es. La mujer sostiene un bastón como si estuviera bailando, de forma bella y sensual. La mujer tiene un símbolo de poder, el bastón, pero no lo usa para apoyarse, lo usa para bailar. Para disfrutar, dejarse ir. ¿Ella quiere parar el tránsito?. No lo parece, mas bien marca su costado con el bastón.
¿Cómo podría vincular todo esto con el enunciado: la delincuencia quizá sea un fenómeno natural adverso.
Podría decir que el dolor, la violencia, la soledad, son fenómenos naturales. Queremos evitarlos pero nos suceden. Esa mujer está sola pero baila, disfruta. Aunque en realidad no está sola, está en el mundo, de pie sobre una carretera, rodeada de cielo y vegetación. Además allá atrás hay otra presencia, hay una luz. Sin embargo, ella está sola. Forma parte de la naturaleza y de las creaciones humanas (como su vestido, su bastón y la carretera). Pero es indudable que está sola.
Ante la delincuencia, a pesar de las creaciones humanas, estamos solos.
La delincuencia forma parte de nosotros mismos.
En ese sentido, la delincuencia es un fenómeno natural.
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