Los varones seríamos líderes naturales si no fuera porque la envidia del útero nos vuelve autoritarios, abusadores y antidemocráticos con las mujeres.
La naturaleza es sabia... o le asignamos este atributo positivo porque no hay otra cosa, no tenemos más remedio, o porque es tan poderosa que más nos vale dejar de luchar contra ella y ponernos de su lado.
Es «sabia» (¿?) porque en su funcionamiento armónico y automático, incluye el malestar como estímulo imprescindible para que los seres vivos actuemos de cierta forma conveniente para conservar el fenómeno vida (1).
Decía en otro artículo (2) que por razones anatómicas, los varones que integran un colectivo mixto deberían ser los que piensan, deciden y hacen cumplir las normas de convivencia y que las mujeres integrantes de ese colectivo, deberían sentirse cómodas aceptando ese mando masculino.
En el mismo artículo señalé que esto no es posible porque los varones, estúpidamente nos envalentonamos cuando tenemos alguna cuota extra de poder y no se nos ocurre nada mejor que desvalorizar a los subalternos, quienes reaccionan con rechazo a ese estado de cosas, rebelándose e impidiendo que ese rol de mando pueda ser ejercido (por lo varones).
Pero esta estupidez masculina o de quienes se inflaman de narcisismo cuando se calzan alguna gorra de mando, puede tener una explicación.
Ya he comentado que los varones padecemos «envidia del útero» (3).
Esta sería una causa que explicaría por qué aprovechamos las oportunidades de descalificar a las mujeres: para no sentirnos tan mal por disponer de un cuerpo incapaz de gestar y alimentar a un nuevo ser humano.
En suma: es probable que los varones estemos mejor dotados para liderar las acciones de los grupos humanos pero la envidia del útero nos vuelve mandones, autoritarios, antidemocráticos con las mujeres, simplemente porque las envidiamos.
(1) Blog especializado Vivir duele
(2) Subordinar no deshonra al subordinado
(3) Bill Gates no puede gestar
El embarazo de ambos sexos
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11 comentarios:
Ya quedó más que demostrado que ustedes no sirven para dirigir. Capaz que nosotras tampoco, pero ese es otro problema.
Si por la envidia del útero hacen todo mal, entonces déjenlo en nuestras manos.
Más de lo que abarcamos imposible, Rosana! Es un disparate trabajar adentro de la casa, afuera de la casa, y encima liderar! Pensalo un poquito.
Yo me calzo el bastón de mando. Uy!
Llamarnos subalternas a las mujeres! Decir que ustedes deberían ocuparse de pensar y decidir. O esto es broma, o ud está yendo demasiado lejos!
Sinceramente creo que los liderazgos no pasan por un tema de género.
La naturaleza parece saber como conducirse, pero es completamente incapaz de construir algo perfecto.
No volvamos a la vieja y perimida idea del hombre activo y la mujer pasiva!
Mi forma de pararme frente a la vida es la siguiente: soy linda y estoy buena.
Vas a tener que reciclarte de apuro cuando te venga el viejazo, Lola!
Lo mio es una cuestión de actitud, nena.
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