martes, 6 de septiembre de 2011

La ambivalencia de la figura materna

La salud y la enfermedad, la alegría y la tristeza, la buena y la mala suerte, solemos asociarlas a nuestra figura materna pues ella está en la génesis de casi todo nuestro ser.

Cualquier persona que tenga estudios, seguramente cree que averiguando los porqués de la existencia habrá de calmarse.

Si nos dejamos llevar por los delirios del psicoanálisis, hasta podemos encontrar oculto algo maravilloso que nos permita suponer que las personas religiosas hacen lo mismo que los estudiosos pues intentan aliviar la angustia existencial mediante ES TU DIOS.

Hasta podríamos afirmar que el estado natural del ser humano tiene tres elementos infaltables: incertidumbre + angustia + teorías que eliminen la incertidumbre y la angustia.

Las teorías son casi tantas como ejemplares de la especie y por este sólo motivo todas son aceptables sin olvidar que algunas son más populares que otras porque coincidentemente, son aceptadas por más personas.

Nuestra madre es un personaje clave en nuestra psiquis:

—los sentimientos que nos inspira son muy fuertes,
—por eso es casi inevitable que den lugar a grandes emociones,
—muchas de ellas contradictorias...
—porque la realidad es ambivalente ante nuestros ojos,
—porque nuestro cerebro necesita clasificar las sensaciones en buenas y malas
—en tanto las percibimos como agradables o desagradables.

Todo esto nos lleva a pensar-sentir que mamá es una diosa diabólica, bruja bondadosa, homicida salvadora.

Este personaje indiscutiblemente protagónico de la novela que todos imaginamos que es nuestra existencia (muchos llegan a decir «con mi vida podría escribir un libro!!»), es la que nos alimentó con su cuerpo.

Porque la queremos y le tememos, tantas veces pensamos que la causa de un malestar es por «algo que comimos» y por el mismo motivo, la mayoría de los remedios que utilizamos para curarnos se aplican por vía oral (se comen).

Artículos vinculados:

El amor solo vale cuando es libre
Celamos a quien representa a nuestra madre
Defecar a cambio de comida

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14 comentarios:

Carolina dijo...

Está genial eso de los tres elementos infaltables del estado natural del ser humano, Doc.!

Evangelina dijo...

La soberbia les impide darse cuenta que el cerebro no es suficiente para comprender el milagro de la vida.

Enrique dijo...

Las personas que tenemos estudios sabemos que los porqués son infinitos.

Alicia dijo...

Si bien lo que dice Enrique es cierto, también lo es que normalmente nos tranquilizamos cuando creemos haber encontrado lo que suponemos es la causa de un problema.

López dijo...

Mi teoría es: "no está muerto quien pelea".
Para serle franco, es una teoría de mierda. Me he pasado toda la vida haciendo sacrificios.

Martín dijo...

Si algo tengo que reconocerle a mi madre, es que no tuve que tomarme el trabajo de clasificar las sensaciones que me provoca en buenas y malas. Todas se pueden meter fácilmente dentro de la misma bolsa.

Anónimo dijo...

No sé si es que mi madre es tan ambivalente o que yo vivo borracho.

Lucas dijo...

Mamá es una homicida salvadora como la Revolución!

Morgana dijo...

Todas esas personas que dicen que con su vida se podría escribir un libro, no mienten, pero son insoportables.

María Elena dijo...

Mi madre era una bruja bondadosa y mi padre un pirata honrado. Toda la familia residía en el Reino del Revés, con un perro pequinés.

Anónimo dijo...

Usted acaba de iluminarme Doc! No sé cómo pagárselo! AHORA ME DOY CUENTA POR QUE TODO LO QUE COMO ME CAE MAL!!!

Maruja dijo...

Claro, ni siquiera firma... se ve que intención de pagarle no tiene ninguna.

Andrea dijo...

Los remedios que se comen hay que tragarlos. Eso es porque no es bueno quedarse masticando lo que dice mamá.

Gastón dijo...

No me entra en la cabeza como a algunas personas les baja la incertidumbre y la angustia cuando se compran un nicho.