Matrimonio igualitario es la denominación que se ha creado no hace muchos años para designar lo que antes era llamado matrimonio gay o matrimonio homosexual y que podría incluir la intención de reconocer oficialmente la fantasía inconsciente de que los hombres y las mujeres somos iguales.
A veces el significado de las palabras parece alterarse con fines ideológicos, proselitistas o de conveniencia.
El matrimonio igualitario es una expresión relativamente nueva que pretende negar hechos tan obvios como que
— hombres y mujeres somos diferentes; y que
— un matrimonio entre homosexuales es diferente a un matrimonio entre heterosexuales.
El hecho central en todas estas reflexiones refiere a la capacidad reproductiva que se espera de un matrimonio.
Lingüísticamente, la palabra oxímoron refiere a una expresión retórica que condensa dos conceptos opuestos, como por ejemplo: «publicidad secreta», «fuego helado», «tolerancia cero».
Si bien parece lógico que dos o más personas puedan unirse para convivir, ayudarse, compartir gastos, divertirse, en forma permanente, también parece lógico que puedan formalizar dicha asociación de tal manera que las instituciones del estado les concedan todos los derechos (beneficios legales, sanitarios, tributarios) cuyo ejercicio pleno no perjudique a terceros.
Me interesa señalar que la expresión matrimonio igualitario de quienes reivindican la aceptación social y pública del matrimonio entre personas del mismo sexo, no buscan solamente disfrutar de todos y cada uno de los derechos que puedan obtener en tanto y en cuanto no perjudiquen a los demás, sino que intentan darle realismo a una fantasías propia de los homosexuales y es que las diferencias entre el hombre y la mujer son meramente culturales, impuestas, ideológicas, prejuiciosas, prepotentes, arbitrarias, tendenciosas y otras adjetivaciones que pretenden descalificar la evidencia orgánica (genital) que fundamenta el reconocimiento de que existen hombres y mujeres, que son diferentes y que se fecundan mutuamente (aislamiento reproductivo).
Lectura complementaria:
Pollera o pantalón
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10 comentarios:
Me sorprende que ahora haya un clima (aparentemente) de tanto consenso, en torno al matrimonio entre homosexules. Pocos años atrás este era un tema que suscitaba mucha más polémica. Como los prejuicios van ligados a la idelogía dominante, estos aparecen y desaparecen según corran los vientos. Esto implica que podríamos dudar de que verdaderamente exista a nivel general, una reflexión profunda sobre el tema.
No creo que el matrimonio igualitario suponga la fantasía de que hombres y mujeres somos iguales. Las parejas homosexuales evitan la unión con personas del otro sexo, eso significa, evidentemente, que reconocen la existencia de otro sexo, y que su sexualidad no es afín a las características del sexo complementario.
Si bien lo que dice Yoel es atendible, lo que me deja dudas es la denominación "matrimonio igualitario". Sé que la palabra igualitario se refiere a la igualdad de derechos para parejas homosexuales y heterosexuales; eso me parece bien. Pero también puede connotar, como dice Fernando, una igualdad entre el matrimonio gay y el heterosexual, que no es real. También se me ocurre otra connotación a la palabra igualitario, que sería 'matrimonio entre iguales', lo cual es correcto.
Lo de igualitario se refiere a igualdad de derechos para los matrimonis gays y los hetero. Nadie dice que sea lo mismo uno y otro. Por supuesto que tienen características diferentes.
La reivindicación de matrimonio igualitario surge a causa de que muchas parejas de homosexuales, después de haber convivido toda una vida, eran despojados de sus derechos sucesorios cuando fallecía uno de ellos. Venía la familia biológica y a veces llegaban a dejar al viudo/a en la calle.
Lo que uno a los homosexuales es la diferencia entre el hombre y la mujer; justamente, ellos no quieren unirse a alguien que sea diferente.
Soy gay, y con mi pareja nos dividimos los roles de una manera similar a como lo hace un matrimonio heterosexual, sobre todo desde que tenemos hijos. Así que debo admitir, no me parece tan desacertada la hipótesis planteada por Mieres.
Mi sobrino mayor vive en pareja con un muchacho que vale oro. Ellos comparten todo, la limpieza de la casa, la cocina. No tienen roles estereotipados, son un matrimonio moderno. Cada cual hace lo que corresponda según sus horarios de trabajo. Se llevan mejor que muchas parejas heterosexuales.
El matrimonio homosexual es contrario a las leyes naturales, las leyes de Dios. El mensaje del Señor fue "amaos y reproduciros". Si continuamos actuando con sobervia, desvirtuaremos el orden natural.
Con respecto al comentario de Evangelina, pienso que en el mundo que vivimos vale más adoptar a los niños que no tienen una familia, que traer más niños al mundo.
Evangelina, verdaderamente el ser humano es tan poderoso que puede desvirtuar el orden natural? Ser homosexual no es una elección, por un lado, no es querer llevarle la contra a los buenos cristianos. Es como se nace, como se siente y se piensa. Además, te repito: ¿Dios es tan vulnerable, que todo su orden perfecto puede ser destruido por un par de individuos humanos? Soberbia se llama eso.
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