Pasan los milenios como si fueran días y los seres humanos seguimos dudando de casi todo.
Algunos neutralizan esta particularidad de nuestro cerebro instalando en sus cabezas un dogma que lo explique todo.
Es probable (he aquí la duda otra vez) que los dogmáticos sean fugitivos de la realidad, pero ¡allá ellos!
A falta de certezas, los inseguros más inquietos (como yo) imaginamos posibles explicaciones que a veces sirven para calmar la duda y la mayoría de las veces sólo para pasar el rato.
Comparto con usted una que refiere al cuento de Caperucita Roja.
Ésta fue primero una leyenda que pasó de «de boca en boca» desde no sabemos cuando y luego fue escrita por varios autores que le dieron su estilo personal (Charles Perrault, Hermanos Grimm, Ludwig Tieck).
La historia refiere a una niña inocente que es devorada (¿violada?) por un lobo feroz.
Como el psicoanálisis es sensible a todo tipo de metáforas y expresiones populares, lleva gastados ríos de tinta decodificando lo que este simple relato pone en evidencia de nuestra psiquis.
Es muy probable que las mujeres deseen inconscientemente ser violadas (1) para cumplir con la misión natural de conservar la especie salteándose los trámites que imponen las Leyes de los Hombres (noviazgo, matrimonio, monogamia).
Teniendo en cuenta que el perro es una subespecie doméstica del lobo según la comparación de los mapas genéticos de ambas especies, sería razonable suponer que las mujeres que viven con un perro como mascota gozan imaginando que son Caperucita Roja (quien como dice el chiste, es «la señora de Feroz»).
(1) Ver el artículo titulado La prostitución decente
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12 comentarios:
O sea que las que tenemos una perrita en el fondo somos lesbianas?
Qué historias imaginan los psicoanalistas!!!
Ud es un atrevido.
Apenas terminé de preparar la fiesta del casamiento me vino surmenage.
Con mi esposo no pudimos tener hijos, tampoco adoptamos ni tenemos mascotas. Me inquieta que estemos violando la misión natural.
Una leyenda que pasa de boca en boca es poco higiénica y promiscua.
Recuerdo mal o... ¿la devorada no es la abuela? Me parece que Caperucita lo deja al lobo con las ganas.
En caso de que Sarita tenga razón, podemos concluir que las viejas no dejan pasar la oportunidad, mientras que las jovencitas histeriquean.
Mi perro se llama "Lobo". Ahora me dan ganas de cambiarle el nombre.
Las leyes que tú dices que las mujeres deseamos saltearnos, no son las leyes de los hombres; son las leyes de las mujeres.
Me pregunto por qué la caperuza de esta chica era roja... puede que simbolice la pasión desenfrenada.
Las mujeres que han sido violadas quedan fuertemente traumatizadas. De todos modos esto no contradice la hipótesis de los psicoanalistas, porque son cosas distintas la realidad y las fantasías inconscientes.
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