sábado, 19 de diciembre de 2009

Ahora me toca a mí

Les hablaré de mí y de mi mamá tratando de describir los datos que sean más comunes a cualquier lector.

Como todo el mundo, primero no entendía nada de lo que estaba pasando conmigo, luego empecé a sentir dolores que se calmaban cuando ella me daba su leche, me limpiaba, me abrigaba, me hablaba o me acariciaba.

A medida que fui adquiriendo experiencia con lo que sucedía día tras día, comprendí que sin ella moriría.

Cuando dejaba de verla, oírla u olerla, comenzaba a preocuparme primero pero en minutos me angustiaba como quien se está ahogando, quemando o cayendo de un décimo piso.

Estas terribles sensaciones de muerte me hicieron pensar que tendría que haber una manera de evitar su lejanía.

Si no recuerdo mal, para ese entonces yo tendría unos seis meses.

Algo me hizo pensar que la clave del problema y de la solución estaba en que yo tenía que ser deseado por ella.

Quizá llegué a esta conclusión porque era lo que a mí me pasaba. Supongo que razoné así: Si yo deseo estar siempre junto a ella, tengo que lograr que ella desee estar siempre junto a mí.

Convencido de que esa era la solución, me propuse ser la persona encargada de cancelar todas las necesidades y deseos de ella.

Sus pedidos eran órdenes, me preocupaba enormemente cuando me amonestaba porque eso me convertía en in-deseable para ella, entonces me abandonaría y yo moriría.

Convertirme en quien diera satisfacción a todos sus necesidades y deseos pasó a ser mi obsesión y casi toda mi vida estuvo dedicada a satisfacerla a ella y a todos los que me la recordaran.

Ahora que me di cuenta, también trato de satisfacer mis necesidades y deseos.

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9 comentarios:

Natalia dijo...

¡Justo se le da por meter el dedo en la llaga! A mí me pasó lo mismo con mis padres durante toda mi infancia y parte de mi adolescencia. Cuando empecé a tener novios me pasaba lo mismo con ellos. A esta altura ya no sé cuáles son mis propios deseos.

Laura dijo...

Mi psicóloga me dijo que el enamoramiento y el duelo demoran más o menos lo mismo que el destete: un año.

Lic Arbella dijo...

Es importante aclarar que pasa exactamente lo mismo cuando quien se hace cargo del niño es el papá . Cuando los psicólogos decimos "la madre" no nos estamos refiriendo literalmente a ella, sino a quien cumple esa función.

Pringoso dijo...

Siento que sin mi osita moriría... ¿estaremos teniendo una relación demasiado infantil?

Joe Black dijo...

El amor nos hace vivir la ilusión de que estamos protegidos de la muerte.

Celeste dijo...

A veces nos encaprichamos con alguien que no nos da bolilla. Deseamos a ese alguien y por eso suponemos que él también necesita desearnos. Y NO ES ASÍ. Debo escribirlo en mayúscula para autoconvencerme. Hace años que ando arrastrándome atrás de un hombre que no quiere nada conmigo.

Sandra39 dijo...

La mejilla de ese bebé me dan ganas de sacarme el DIU!

Rosa dijo...

¡Justo a mí me vino a tocar un gurí que no tiene ni el más mínimo miedo de que lo abandone!

Elbio dijo...

En la pareja pasa que uno de los dos, o los dos, son muy controladores. Posiblemente sean los resabios de ese temor antiguo a ser abandonados.