
Si es la mujer la que atrae y
subyuga al varón, entonces los seductores tienen una actitud femenina.
El instinto es el sistema operativo pre-instalado por la naturaleza en nuestro
cuerpo mientras que la cultura se parece más bien a los aplicativos utilitarios
(Office, Photoshop, Ares) que el usuario le agrega a su computadora-cuerpo.
Una observación superficial puede hacernos
pensar que Windows no existe porque lo único que usamos y vemos son las
manifestaciones de los utilitarios, pero ninguno de estos funcionaría sin
Windows.
Continuando con la comparación, la cultura no
sería operativa en el desempeño de alguien carente de instintos humanos.
Hasta donde puedo entender, nuestra cultura
dice que los varones seducen a las mujeres y dice también que ellas aceptan al
varón que logra «conquistarlas».
Sin
embargo, todo me lleva a suponer que el instinto animal humano funciona de otra
manera cuando no está distorsionado por los caprichos culturales.
Es muy
probable que sean las mujeres las que desearían ser fecundadas por algunos
hombres porque intuyen que esos elegidos poseen la mejor dotación genética para
combinarse con la suya propia.
Este punto
de vista nos lleva a pensar que estamos cometiendo un error garrafal cuando
pretendemos que sean los varones los que pierdan el tiempo seduciendo a mujeres
que no están interesadas genéticamente por ellos.
Nuestra
cultura tiene un claro sesgo agresivo, bélico, prepotente y es bajo este
sentimiento que necesariamente tenemos que pensar (culturalmente) que el más
fuerte conquista, seduce y subyuga a la muscularmente más débil.
Nuestra
estúpida cultura no admite que es la inteligencia, la seducción, el glamour lo
que logra la irresistible atracción del varón, quien efectivamente es el
subyugado (puesto bajo el yugo [1]).
Si es la
mujer la que atrae y subyuga al varón, entonces los seductores tienen una
actitud femenina.
(Este es el
Artículo Nº 1.674)
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