Los partidos de izquierda y derecha son elegidos
alternativamente para que se corrijan los inevitables errores dejados por el
gobernante anterior.
En nuestros hogares o en los locales y
espacios públicos no pasamos todo el tiempo limpiando lo que ensuciamos.
El momento de limpiar puede estar determinado
por la cantidad de suciedad acumulada o por alguna rutina independiente de esa
acumulación.
En otras palabras, nuestras actividades están
acompasadas por un movimiento pendular, similar al de un metrónomo: desplegamos
nuestra vida habitual y la detenemos para poner en orden lo que se haya
desordenado; luego repetimos este ciclo.
A una escala mayor la vida en las naciones se
parece a lo que ocurre en nuestros hogares, oficinas, talleres, barrios:
tenemos un tipo de gobierno de ciertas características que cesará en su
administración para que venga otro a corregir los errores que inevitablemente
cometió el anterior.
Cuando la población siente que ya es hora de
parar para poner en orden lo que se desorganizó, decide en las urnas que la
administración del país cambie de manos.
Solo al pasar menciono que países como Cuba,
Corea del Norte y China, no proceden con esta alternancia refrescante
(higiénica).
Las alternativas más visibles están entre los
gobiernos capitalistas y los gobiernos socialistas, más popularmente
denominados de derecha y de izquierda respectivamente.
En este caso no sería justo decir que alguno
de los dos es el encargado natural de las tareas de limpieza porque estaría
determinando el desprestigio de ambos: uno porque «hace muchas cosas mal» y el otro porque
«tiene que desempeñar la tarea escasamente valorada de limpiar o enmendar
errores ajenos».
Por lo que he visto, el capitalismo nos dice: «trabaja y tendrás» mientras que el
socialismo nos dice: «necesita y tendrás».
Quizá estoy
simplificando en exceso. Usted tiene la última palabra.
(Este es el
Artículo Nº 1.607)
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11 comentarios:
China es un gigante y no procede con esa alternancia, entonces no es tan necesaria.
Nuestro gobierno no es ni capitalista ni socialista, porque se aplicaría algo así como: "trabaja y necesitarás".
¿??
Interesante la propuesta de Manuel: ¨trabaja y necesitarás¨.
Efectivamente, cuando logramos conseguir y mantener un trabajo, empezamos a necesitar más cosas que antes. Comenzamos a pensar que algunos días deberíamos descansar, que otras veces podríamos ir al cine, salir a pescar, encontrarnos con los amigos.
Creo que la alternancia no es favorable cuando sucede cada cinco años. Son tiempos muy cortos. No alcanzan para desarrolar políticas de largo plazo. El que venga después va a tratar de corregir los errores del gobierno anterior, pero también va a intentar dejar su sello, marcar las diferencias, intentar nuevos caminos. Es lógico que así sea, pero así también es que se cortan los procesos.
Que China sea un gigante no implica, de ninguna manera, que no sea necesaria la alternancia.
Todo depende del tiempo que nos lleve ensuciar, y del tiempo que nos lleve poner las cosas en orden...
Cuando lo que se desorganizó tiene como causa fundamental la corrupción, es importante la alternancia. Aunque los agentes corruptores estén fuera del gobierno. La corrupción seguirá existiendo, pero la señal clara de que se le intenta poner un límite, creo que sirve.
Necesitar, trabajar y tener, parecen conformar un trío de situaciones favorables.
Yo al trío lo pondría en este orden: trabajar, tener y necesitar.
El problema está cuando no se necesita trabajar.
El socialismo valora el trabajo. Lo promueve, lo enaltece.
El capitalismo valora más al capital.
La enorme mayoría somos trabajadores, sin embargo las dificultades parecen surgir a partir de los pocos que no trabajan. ¿Y si en realidad no fuera así?
En Uruguay y en muchos otros países, los que no trabajan no son tan pocos. Nuestra espectativa de vida es cada vez más alta y las personas tenemos derecho a jubilarnos.
Soy consciente de que jubilados y pensionistas generamos un grave problema. Se lo soluciona como se puede.
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