viernes, 22 de junio de 2012

Por qué nos sentimos indirectamente criticados



Subjetivamente nos sentimos criticados, reprobados, censurados por quienes actúan de forma distinta a la nuestra.

¿Es posible sostener un vínculo amistoso con una persona que permanentemente critica nuestra forma de pensar y de actuar?

Imaginemos, por ejemplo, que esa persona no está de acuerdo en cómo educamos a nuestros hijos, en cómo gastamos nuestro dinero, en cómo decoramos nuestro hogar. Inevitablemente, cada vez que surge alguna conversación referida a estos temas, nos ponemos a discutir y es imposible que lleguemos a un acuerdo. ¿Podríamos ser amigos con una persona así?

En el mejor de los casos, si tenemos la suerte de contar con una gran amplitud de criterio y nuestra tolerancia está en el nivel más alto de lo humanamente esperable, lo mejor que podría ocurrirnos es que no sintamos rechazo por alguien tan diferente, pero la amistad sería tan imposible como usar un calzado varios talles más pequeños.

Este caso es fácil de entender porque todos los factores de desacuerdo son explícitos, visibles, conocidos.

Sin embargo, existen otras situaciones en las que los factores de desacuerdo son menos visibles, habilitando la posibilidad de que existan intentos de aproximación que inevitablemente terminarán en el mismo desacuerdo aunque con un sentimiento de frustración que podríamos haber evitado.

Efectivamente, esto ocurre cuando la discusión no se da en el terreno verbal sino en las acciones mismas, pues el otro es alguien que directamente actúa de forma distinta: gasta su dinero en cosas diferentes a las nuestras, elige otra propuesta pedagógica para la educación de sus hijos y decora su casa con criterios estéticos que consideramos horrendos.

Aunque parezca ilógico, pensaremos que con sus acciones nos desautoriza, nos critica, nos reprueba y eso nos molestará mucho.

En suma: Las personas de gustos diferentes son irritantes porque implícitamente (tácitamente, indirectamente) nos reprueban, critican, censuran.



(Este es el Artículo Nº 1.608)

10 comentarios:

Natalia dijo...

Me reí mucho con el video. Nunca estuve en Europa, así que de primera mano no sé. Aunque tengo para aportar algo que una amiga que vino hace una semana de Europa dijo: los ilatlianos son los más hermosos, pero son los más sucios y los que tienen más mala onda. (con lo de hermosos se refería a que los hombres italianos están buenísimos).

Francesca dijo...

Los italianos son apasionados, espontáneos, alegres, bulliciosos, familieros. Me encantan los italianos.

Andrea dijo...

Los que actúan de forma distinta a la nuestra nos obligan a cuestionarnos. Como las más de las veces no lo queremos hacer, nos enojamos.

Marcos dijo...

De verdad creo que es muy difícil ser amigo de alguien que está en desacuerdo con nosotros en todo. Salvo que la relación se apoye en el sentido del humor. O en generar una sinergia para pensar.

Lola dijo...

Cuando hay atracción sexual, los factores de desacuerdo se hacen menos visibles. Entonces, por el momento, lo más sabio es disfrutar de lo que une y dejar en pausa lo que separa.

Jacinto dijo...

Algunos amigos están unidos a través del enfrentamiento, pero es un enfrentamiento amigable, sin odios, con muchas discusiones apasionadas, pero sin clavar la estaca.

Claudio dijo...

¿Clavar la estaca en el corazón, como a Drácula?... No sé, te pregunto porque me pareció una imágen muy sugerente...

Jacinto dijo...

Andaaaa! dejate de pavadas!
Estamos hablando de la amistad y ese es un tema serio.
JAJAJAJAJ!!!!

Verónica dijo...

Esta situación que ud. describe, es bastante común entre suegra y nuera. (yo soy la nuera)
ELLA me tiene ... ahhh!!!

Norton dijo...

Esposa, esposo y suegra forman un triángulo fatal. Peor que el de Las Bermudas.