sábado, 30 de junio de 2012

El dolor femenino obligatorio



Probablemente las mujeres víctimas de la violencia doméstica, inconscientemente sienten que están cumpliendo una sentencia bíblica («parirás con dolor»).

Asumo que, a ciencia cierta, no sé nada. Tengo muchas ideas, hipótesis, suposiciones y, sobre todo, estoy lleno de preguntas sin contestar.

Por lo tanto, los miles de artículos que figuran en la web con mi firma son puras opiniones, conjeturas, sugerencias, que no informan directamente alguna verdad pero que si caen en cerebros fértiles pueden gestar alguna idea valiosa.

Este artículo será otro más con esas características.

A partir de uno de esos pensamientos breves que publico en otro blog (1), cuyo texto expresa:

«Las mujeres parirán con molestias; las mujeres bíblicamente sugestionables, parirán con dolor».

...se me ocurre proponerles pensar sobre cuán determinadas están las mujeres a considerar que sus padecimientos corporales son un mandato bíblico.

Teniendo en cuenta

— que la sentencia bíblica dice «la mujer parirá con dolor»;

— que nuestra función más importante como seres vivos es reproducirnos (2); y

— que es la mujer la que realiza el mayor esfuerzo físico para conservar nuestra especie (3),

podemos suponer que la mujer tiene una relación con sus dolores muy especial, en tanto cree que cuando sufre es porque está cumpliendo la tarea más importante de cualquier ser vivo.

La misma cultura que la predispone a sentirse conforme con su destino sufriente es la que, por otro lado, invierte grandes recursos para evitar, aliviar y curar cualquier tipo de sufrimiento (no solo el dolor humano sino también el de los animales que nos rodean).

Es con estas premisas que me pregunto si la violencia doméstica no merecerá otra lectura más ilógica de la que hacemos.

Si muchas de las mujeres golpeadas no quieren abandonar a quien las golpea, podemos suponer que prefieren sufrir el dolor que bíblicamente les fuera asignado.

 
 
 
(Este es el Artículo Nº 1.615)

8 comentarios:

Ángel dijo...

Creo que la hipótesis que plantea Mieres es un factor importante, en el tema de la violencia hacia la mujer y la violencia doméstica en general. Si creemos que esta vida es un valle de lágrimas, necesariamente para estar vivos deberemos sufrir.

Evangelina dijo...

Que la vida es un valle de lágrimas lo dice la Iglesia católica, no lo dice Jesús.
Jesús dijo: en este mundo tendréis aflicción, pero no temais, yo he venido al mundo.

Facundo Negri dijo...

Parimos con dolor porque vivir duele.

Gabriela dijo...

Hace poco pasaron por TV un programa sobre las costumbres alimentarias en distintas partes del mundo. Los vietnamitas le llaman a la espinaca, ¨gloria verde de agua¨. En China, cuando la cosecha de arroz venía mal, las mujeres acostumbraban ir por los campos cultivados y explicarle al arroz por qué debía crecer.
Cuando la vivencia poética se amalgama a la prosaica, nos sentimos mejor, más integrados. Así es que ampliamos nuestra aptitud para recibir la alegría, los nacimientos, las cosechas, la lluvia, el nuevo día.

Alba dijo...

A mi madre y a mi abuela, les enseñaron que la menstruación era una enfermedad.

Elena dijo...

Los hombres golpeadores parecen pensar: la mujer que me deje, partirá con dolor.

Mariana dijo...

Muy interesante lo de la relación de la mujer con el dolor. Sufrir para dar a luz, sufrir para dar vida; en definitiva, sufrir para dar.

Verónica dijo...

Es verdad lo que dice Mariana. ¿Por qué sufrir para dar? ¿Significa que cuando damos perdemos algo, nos quitamos algo? Eso es lo que nos dicen nuestros sentidos, pero en realidad damos para recibir, para cosechar alegrías.