sábado, 9 de junio de 2012

Delincuencia y fútbol



Teóricamente, existe una relación entre el fanatismo por el fútbol y la comisión de delitos castigados con reclusión.

Si respetamos la construcción de la palabra, tenemos que aceptar que «homosexual» significa estrictamente «del mismo sexo».

Claro que por el uso y la costumbre, interpretamos que cuando decimos «del mismo sexo» (homo-sexual) nos estamos refiriendo más exactamente a «relaciones sexuales entre personas del mismo sexo», lo cual no deja de ser una significación antojadiza aunque legal, porque el signo lingüístico es arbitrario por definición.

Con estos antecedentes es posible decir que toda actividad que se realice entre personas de un mismo sexo, es una actividad «homo-sexual», aclarando que es una actividad homosexual no erótica, ni genital, ni carnal.

Puedo entonces decir, hechas las aclaraciones del caso, que los deportes que se practican entre equipos, son deportes de expresión «homo-sexual», porque la constitución y actividad de esos equipos siempre es entre personas del mismo sexo y compiten entre equipos del mismo sexo, es decir: Un equipo de fútbol masculino, está compuesto solamente por varones y, a su vez, sólo compite con otros equipos también compuestos solamente por varones.

En suma: el fútbol es un deporte homosexual.

Con estas mismas aclaraciones, tengo autorización para decir que las cárceles también son instituciones homosexuales porque el encierro nunca es mixto. En las celdas solo hay hombres o solo hay mujeres.

Claro que en este caso ocurre algo que no podemos olvidar. La «homosexualidad situacional» es la que ocurre entre personas heterosexuales que incurren en la homosexualidad porque no pueden tramitar su sexualidad de otra forma (visitas conyugales, salidas transitorias).

Hipótesis: muchos ciudadanos delinquen para acceder a la «homosexualidad situacional» porque se avergonzarían de asumir su opción sexual. En los pueblos fanáticos del fútbol, la cantidad de potenciales delincuentes por homosexualidad reprimida debería ser mayor.


(Este es el Artículo Nº 1.597)

11 comentarios:

Selva dijo...

Guaauu!!! Esta homosexualidad reprimida vinculada al fútbol y a la delincuencia, me dejó atónita!!!

Cecilia dijo...

Los apasionados por el fútbol tradicionalmente eran los hombres, pero cada vez más lo son también las mujeres. Me refiero a las personas que siguen los partidos de fútbol por TV o van al estadio. Esta realidad me complica un poco para razonar su planteo.

Carolina dijo...

Hoy estoy demasiado llena de imágenes, sensaciones, afectos... disculpe que no pueda opinar sobre su artículo.

Jacinto dijo...

Los países donde el fútbol hace furor, ofrecen una válvula de escape a los aspectos homosexuales que todos tenemos. Aunque también es cierto que los desmanes que se producen en el estadio y luego del partido, pueden ser interpretados como un pedido a gritos de ir, aunque sea por un tiempito, a la cárcel.

Tiago dijo...

Así como el signo lingüístico es arbitrario por definición, nosotros también somos arbitrarios a la hora de juzgar al Director Técnico, a los equipos y al propio árbitro.

Verónica dijo...

Creo que la por lo menos la mitad de las actividades que realizamos son homo-sexuales.

Norton dijo...

Va a disminuir la delincuencia cuando las cárceles sean mixtas.

Leticia dijo...

¿Te parece Norton? Por lo pronto creo que va a aumentar la delincuencia en las propias cárceles... o no, capaz que no. ¿Hay en alguna experiencia en el mundo de cárcel mixta? No estaría demás probar.

Martín dijo...

Si hacen cárceles mixtas yo delinco.

Carlos dijo...

No me atrae el fútbol, así que mi homosexualidad probablemente esté libre como el viento.

cristiano dijo...

Un poco le creo. conoci un hombre muy impresionante que me confesó su homosexualidad. los jugadores tambien.