La relación heterosexual clásica es satisfactoria por el
placer orgánico actual potenciado por las fantasías inconscientes.
Todos tenemos nuestras creencias (religiosas,
científica, artísticas) pues necesitamos saber la verdad aunque en realidad
esta no existe.
Ya desde muy pequeños, el hambre y la dudosa
atención materna nos marcaron con la incertidumbre que los adultos expresamos
diciendo: «¿Me dará de
comer o me dejará morir de hambre?»
Aquel
indefenso pequeñito tuvo en realidad dos motivos de angustia: el hambre y la
incertidumbre.
Acosados por
estos problemas vitales, llegamos a la adultez con similares motivos de
angustia pero ahora con la posibilidad de inventar respuestas, que no son otra
cosa que creencias, hipótesis, fantasías, elevadas al rango de «verdades» para
aliviar la incertidumbre adulta, que ahora expresamos diciendo: «¿Sufriré
(dolor, enfermedad, ruina, abandono)?».
Por lo
tanto, la vida incluye una sensación de angustia existencial acompañada por
invenciones que la alivian y que llamamos «verdades».
El
psicoanálisis fabrica hipótesis que para algunos son verdades «calmantes».
Le doy un
ejemplo sencillo y cotidiano.
Una
relación heterosexual clásica consiste en que la mujer le practica la fellatio
al compañero, ambos aumentan la excitación, él la penetra, eyacula dentro de la
vagina y luego se duerme dejándola a ella con ganas de ser abrazada.
¿Qué ocurrió «realmente» (según el
psicoanálisis)?
Puesto que la mujer siempre ama a la madre,
practica la fellatio («mamada») con la «fantasía inconsciente» de que nuevamente está lactando de su mamá.
Cuando su compañero la penetra, ella se excita con la «fantasía inconsciente» de que es la
madre fálica quien la desea sexualmente. Cuando el compañero eyacula, ella
desearía ser abrazada porque así disfrutaría de la fantasía completa: la madre
le da la leche (semen) y luego la abraza para que se duerma.
Nota: una «fantasía inconsciente» es absolutamente ignorada, no-consciente,
conscientemente inaceptable.
(Este es el
Artículo Nº 1.560)
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12 comentarios:
Muy interesante todo lo planteado...Me consuela leer que los hombres, después de eyacular, se duermen. ¡¡¡Creía que era un problema de mi pareja !!!!! Casi lo sustituyo por un tipo más cariñoso y considerado, y ahora, veo que es normal....Así que más vale malo pero conocido que.....
Su explicación es redondita!!!
Hacemos de todo para calmar la incertidumbre: medimos el tiempo y el espacio, planificamos nuestra vida, nos ponemos horarios y metas, contratamos seguros. Pero la incertidumbre sigue ahí. La vida es incierta. ¨Hoy estamos y mañana no estamos¨. La sensación de inseguridad que tenemos actualmente los uruguayos (basada en hechos reales), es un fenómeno social que lo confirma.
Las religiones sirven para calmar la incertidumbre. Proponen un futuro mejor, aún después de la muerte. Las ideologías, las filosofías, prometen un futuro mejor que podrá disfrutarse en vida, y después de la muerte, la disfrutarán nuestros hijos y nietos. Está muy bien calmar la incertidumbre, sería tonto y muy angustiante no intentar hacerlo. Pero es bueno saber que tendemos a autoengañarnos, a buscarle una explicación a todo, a exagerar el poder de nuestra consciencia.
Creo que la vida se nos hace menos incierta cuando tenemos vínculos con personas y tareas que satisfacen nuestra necesidad de afecto y estimulan nuestro deseo de saber.
Buscar formas de liberarnos de la incertidumbre es una tarea imposible.
Todos estamos en permanente búsqueda: el científico, de buscar verdades que aunque provisorias aseguran el progreso, los artistas buscan formas de expresarse cada vez más satisfactorias y auténticas, los trabajadores que no son ni científicos ni artistan buscan mejorar su calidad de vida, al igual que los jubilados y las amas de casa.
Esas búsquedas nos proporcinan satisfacción. Cuando estamos satisfechos calmamos momentáneamente, la incertidumbre.
La angustia nos lleva a buscar soluciones, salvo que sea tan arrolladora que termine por vencernos. El bebé llora y si no hiciera ese esfuerzo, motivado por la angustia, la madre no se enteraría de que tiene hambre.
La psiquiatría, y la medicina en general, también fabrican verdades calmantes: diagnostica. Es horrible no saber lo que tenemos. Al saber, nos sentimos con la posibilidad de luchar y con la esperanza de vencer. Aunque también a veces preferimos no saber -quizás de manera muy sabia- y dejamos que la naturaleza nos guíe. Confiamos en lo que sentimos y NOS obedecemos, le obedecemos a nuestro cuerpo y le dejamos hacer.
En la relación heterosexual, sucede además, que se nos hace ¨realidad¨ la fantasía de tener hijos con mamá (en el caso de los hombres) o de tener hijos con papá (en el caso de las mujeres).
En la relación homosexual también hay una mamá y un papá, que a veces cambian de roles, del mismo modo que en la relación heterosexual, la mujer a veces es papá del hombre y el hombre es mamá de la mujer.
Todos necesitamos que nuestra pareja haga a veces las de mamá (nos brinde cobijo, alimento y ternura) y otras veces las de papá (dándonos protección, seguridad y frustraciones).
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