Para poder comunicarnos sin violencia tenemos que desarrollar nuestra competencia lingüística.
Todos sabemos que no se puede practicar la cirugía a oscuras.
Reconozco que este tipo de afirmaciones no se están diciendo o leyendo por ahí, pero les pido que lo tomen en consideración por tan solo un par de minutos.
Aunque es mucho menos obvio que «la cirugía a oscuras», tampoco es posible resolver los problemas importantes sin hablar de ellos, sin describirlos, sin ponerlos en palabras, sin iluminarlos intelectualmente.
Mejor dicho, es posible intentar solucionar los problemas graves sin hablarlos pero recurriendo a la violencia, por medio de la fuerza, el miedo, el despotismo.
Por lo tanto el tratamiento civilizado de las dificultades, el procedimiento que excluye la violencia (física o psicológica), requiere el desarrollo de competencias lingüísticas que no traemos al nacer.
Esas habilidades (las de poder expresarnos, pensar, conceptualizar, comunicar verbalmente) tienen que ser aprendidas.
Aprender a caminar consiste en que alguien nos sostenga para no caernos, pero los primeros pasitos nos salen por instinto. Necesitamos una ayuda similar para comer porque nuestra coordinación neuromuscular es demasiado precaria como para llevarnos la comida a la boca.
Me animaría a decir que nacemos con similar aptitud para andar en bicicleta o a caballo, pero necesitamos una gran ayuda para poder comunicarnos verbalmente con una eficacia aceptable.
Y acá se nos presentan dos obstáculos, que si no logramos superarlos, lograrán conservarnos como «cirujanos de las tinieblas» (ineptos para resolver problemas sin violencia).
Para desarrollar nuestra capacidad lingüística y así poder pensar y comunicarnos, necesitamos recibir educación para lo cual tenemos que estar dispuestos a cambiar, es decir, reconocer sinceramente que estamos incompletos y que no somos perfectos.
El segundo obstáculo es que si decidimos cambiar (educarnos, aprender a comunicarnos), podríamos perder a los amigos que no deseen cambiar.
Otras menciones al concepto «competencia lingüística»:
El desPRECIO al trabajo corporal
«Alcánzame el coso ese»
Trámite para no ser un idiota
(Este es el Artículo Nº 1.545)
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10 comentarios:
Los amigos que -con derecho- no desean cambiar, interrumpen la comunicación franca. Surgen ruidos, que podríamos llamar prejuicios, que nos impiden entendernos y poner en duda nuestras convicciones.
Ah! pero poner en duda nuestras convicciones más profundas nos deja sin puntos de referencia. Después, cuando nos vemos enfrentados a tomar decisiones importantes, sentimos que no sabemos para qué lado arrancar.
Pienso que siempre hay que dejar un lugar para la duda. Si no nos fosilizamos. Eso no es bueno porque nos impide crecer y reduce nuestras posibilidades de establecer vínculos saludables y gratificantes con personas valiosas.
Usamos la violencia cuando no sabemos expresar lo que queremos con palabras, porque sentimos una impotencia y una frustración enormes. Así que vale la pena aprender. Hay muchas formas de aprender, no pensemos sólo en la educación formal. Hay que vivir, animarse a conocer gente, y tratar de tener una actitud abierta a asimilar nuevas experiencias.
Dejaaaa! Animarse a tanto, arriesgar, te puede llevar a darte la cabeza contra la pared.
Todos queremos ser valientes, aunque hay que ver con que recursos internos contamos.
Tengo miedo a perder la competencia lingüística. A menudo no encuentro la palabra adecuada o pierdo el hilo del pensamiento de lo que voy diciendo, o se me hacen pequeñas lagunas. Además perdí mucho la memoria. Mis amigas dicen que me estoy sugestionando, y no lo descarto, pero...
Una de las tantas cosas que dificulta la comunicación es la falta de concentración. No poder fijar la atención cuando se habla con otro, hace que nos perdamos y entendamos mal lo que nos dicen.
Las personas que padecen de psicosis, tienen en general, muy afectada la capacidad de concentración porque viajan constantemente del mundo propio al mundo compartido. Sin embargo, a otro nivel, quizás el de la empatía, logran comunicarse a veces muy bien, desde un lugar muy profundo.
La paranoia (que todos la tenemos en mayor o menor medida), también hace difícil la comunicación, porque se parte de la certeza de que el otro nos quiere hacer daño.
Sin embargo no siempre estamos desacertados cuando nos perseguimos. Por ej, en los grupos pasa a menudo, que alguno de los integrantes es tomado como chivo expiatorio (el malo de la película). Cuando te ponen en ese lugar, es concordante con la realidad sentirse perseguido.
Me gustaron mucho las siguientes expresiones: iluminar
intelectualmente - cirugía a oscuras - cirujanos de las tinieblas.
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