martes, 10 de abril de 2012

Una de cal y una de arena

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Quizá nuestro inconsciente sabe que vivimos tantas cosas buenas como malas, pero nuestra conciencia siente que las malas son mayoría.

Todos conocemos productos que permiten unir objetos de diferentes materiales: papel, madera, cerámica.

Esos productos (pegamentos, colas, cementos, argamasa) suelen presentarse en forma de pasta que, luego de exponerse al aire, se endurecen, formando una sola pieza con los elementos que contacta.

Un sándwich compuesto por ladrillo-argamasa-ladrillo, forma una pieza más grande y, si este proceso se repite, pueden formarse paredes, edificios (imagen).

Es una metáfora muy accesible para todos suponer que el pasado, el presente y el futuro están unidos como los ladrillos de la imagen.

La vida misma es una continua acumulación de experiencias que nos ocurren minuto-a-minuto. Nuestra existencia parece «construida» por la unión de circunstancias, como si estas fueran ladrillos.

La «cal» es una sustancia natural que hace siglos utilizan los albañiles (obreros de la construcción de inmuebles, viviendas, puentes, diques).

El dicho popular «Una de cal y una de arena», suele intercalarse en las conversaciones para evocar que en la vida, van inevitablemente juntas las experiencias gratas y las ingratas.

Si interpelamos sorpresivamente a los usuarios de esa expresión, quizá queden un poco perplejos porque, si bien saben que la usaron oportunamente quizá no tengan noción exacta de que representan la «cal», la «arena», y esas proporciones equilibradas (una y una).

Como, según el psicoanálisis, nuestro inconsciente sabe y expresa mucho más de lo que sabe y expresa nuestra conciencia, les propongo la siguiente interpretación:

La mezcla real que hacen los albañiles para unir ladrillos, bloques o piedras, es «una de cal y tres de arena» (más el agua necesaria para lograr la textura deseada).

La expresión significa que realmente vivimos «una buena y una mala» pero subjetivamente nos parecen «una buena y tres malas».

(Este es el Artículo Nº 1.538)

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14 comentarios:

Facundo Negri dijo...

Las malas son mayoría, se lo aseguro. El bien es el descanso del mal. El disfrute el descanso del fastido. El placer el descanso del dolor. Y no sigo porque me canso.

Leticia dijo...

Estaría buenaso que hubieran productos para unir a las parejas.

Emiliano dijo...

Yo hago una sopa de arveja partida que cuando se enfría queda como una masa. Después le echás un cachito de agua, la calentás, y para el invierno está riquísima.

Fulgencio dijo...

Lo cierto es que para encontrar una mujer buena, primero tenés que embromarte con tres malas.

Mª Eugenia dijo...

Lo que usan los albañiles ¿no lleva portland?

Margarita dijo...

Es una pena que siendo el inconsciente tan expresivo, no se de a conocer.

Chapita dijo...

Cuando estoy pum para arriba, para mí son 3 de cal y una de arena. O sea que la mezcla no sirve para nada.

Shanti dijo...

Todo sale mejor si unís la mezcla con agua bendita.

Evangelina dijo...

Me tienen cansada las bromas que hacen con temas sagrados. Es una falta de respeto.

Shanti dijo...

No, no!!! Evangelina, yo lo decía en serio!
La única diferencia entre vos y yo es que yo soy un poquito más esotérica. Pero igual SORRY!!!

Paty dijo...

¿Le parece que todos somos tan negativos? ¿Que vivimos las cosas con tanto pesimismo?
La verdad, no me siento identificada con eso.

Cecilia dijo...

Las circunstancias que se me unieron a mí no fueron ladrillos. Los ladrillos son porosos, regulares, disciplinados... A mí las circunstancias que se me unieron fueron como piedras: duras, caprichosas, variadas.

Graciana dijo...

¿Lo de la imagen es una pared? Ah no... yo creo que es un murito.

Evaristo dijo...

Por lo que ud dice, la conclusión sería la contraria a la que expresa en el copete del artículo. Es decir, aunque conscientemente decimos vivir una buena y una mala, nuestro inconsciente sabe que en realidad son tres malas y una buena.