sábado, 28 de abril de 2012

Las redes sociales y la tolerancia innecesaria



Las redes sociales hacen innecesaria la tolerancia hacia quienes no comparten nuestras preferencias.

A medida que avanza la tecnología, los humanos vivimos más y mejor, porque aumenta nuestra longevidad y tenemos más comodidades.

Seguramente estos beneficios no son gratuitos:

— La longevidad envejece la población mundial y deteriora la conservación de la especie;

— Las modernas tecnologías atrofian algunas funcionalidades orgánicas que dejaron de ser imprescindibles:

—— el esfuerzo físico (que ahora hacen las máquinas);

—— la tolerancia a la incertidumbre (porque ahora el futuro es más previsible gracias a los seguros y otras formas de previsión);

—— la tolerancia a la frustración (porque podemos satisfacer más necesidades y deseos que antes).

Ahora ingreso al motivo de este artículo.

Los humanos somos animales gregarios: no podemos vivir solos, aislados. Siempre tenemos que pertenecer a alguna comunidad por pequeña que esta sea.

Como todos somos diferentes, tenemos distintos gustos y sobre todo, diferentes formas de entender qué está bien y qué está mal, la integración a una comunidad nos exige un cierto esfuerzo de adaptación a los criterios dominantes (ética, creencias, ritos, tradiciones, leyes).

Para poder satisfacer nuestro instinto gregario tenemos que hacer concesiones, soportar frustraciones, obedecer y también realizar tareas de vigilancia para que otros respeten los códigos de convivencia.

Vivir con gente diferente demanda un esfuerzo, fundamentalmente de tolerancia.

La modernidad nos a «obsequiado» las redes sociales, que vienen a resolver nuestro instinto gregario de otra forma mucho más sencilla, menos esforzada, con la comodidad mencionada al principio.

Ahora ya no es tan necesario hacer el esfuerzo de ser tolerantes pues en las redes sociales sólo nos reunimos con quienes comparten nuestros códigos (criterios, creencias, gustos) y tomamos distancia de quienes no los comparten.

En suma: Las redes sociales hacen innecesaria la tolerancia hacia quienes podemos apartar de nuestras vidas si tienen otras preferencias.

(Este es el Artículo Nº 1.556)

12 comentarios:

Gabriela dijo...

Me acuerdo que en un escrito sorpresa que nos puso el Profe de Filosofía, teníamos que hablar sobre el tema de la verdad. La primera frase que yo puse fue: ¨existen tantas verdades como personas existen en el mundo¨. El profesor hizo un globo en tinta roja sobre la frase y me puso ¨exageración¨. De pronto el tenía razón, pero yo vengo de vascos, tanto por el lado materno como por el paterno. Soy cabeza dura. Y la verdad es que aunque el Profesor haya dicho eso, yo sigo pensando lo mismo. Cada cual tiene su verdad, tiene su vida y las conclusiones que ha sido sacando en el transcurso de esta. Está bueno escuchar las distintas campanas, dicen, y creo que es así, porque todas tienen un sonido diferente y si las escuchamos sonar a todas, nos proporcionan música. Y la música es más que el sonido.

Filisbino dijo...

La longevidad puede enriquecer a la especie. Quien ha vivido más tiene más experiencias para trasmitir. En nuestra cultura se desprecia a los viejos. Queremos ocupar su lugar en el poder, imponer nuestras convicciones por encima de las suyas. Ese es un proceso natural, pero también es un proceso natural que los cachorros aprendan a cazar con los más experimentados de la manada.

Alicia dijo...

Con respecto a lo que dice Filisbino, estoy cansada de ver proyectos que empiezan de cero, desdeñando la experiencia previa de quienes han intentado las mismas cosas. Es un exceso de sobervia. Cada generación cree que puede reinventar el mundo. Se avanzaría mucho más rápido si tuviésemos en cuenta lo que ya se hizo, para no cometer los mismos errores y para perfeccionar las herramientas, o inventar herramientas nuevas.

Yoel dijo...

Sin las redes sociales también apartábamos a los que pensaban distinto, pero es claro, lo hacíamos teniendo que soportar más costos. Los enojos eran más evidentes, cara a cara. Ahora alcanza con bloquear a un amigo del facebook. Lo que él publica no nos llega y el otro ni siquiera se entera.

Lucas dijo...

También es cierto que las redes sociales multiplican las posibilidades de que conozcamos puntos de vista diferentes.

Rulo dijo...

Dejaa! El esfuerzo que hago todos los días para bancarme que me miren raro, lo sé yo solamente.

Antonio dijo...

Sueño con el día en que podamos repartir las garragas en envases que pesen medio kilo.

Marcos dijo...

Somos tan intolerantes a la incertidumbre, que no podemos salir a la calle sin enterarnos del pronóstico del tiempo. Además, por eso, atrofiamos nuestra capacidad de observación, desdeñamos la sabiduría acumulada en el tiempo y nos volvemos menos previsores. Para completarla, nos pasamos criticándo a los meteorólogos, cada vez que se equivocan.

Marta dijo...

la longevidad de nuestros amigos y parientes, puede fortalecer nuestra capacidad de tolerancia y aumentar nuestras posibilidades de aceptar la frustración.

Gregorio dijo...

Los humanos somos gregarios porque decimos gre-gre para decir Gregorio.

Selva dijo...

En todo caso, Gregorio, somos humanos y vivimos en pequeñas comunidades, soportándonos mutuamente, porque decimos gre-gre, en lugar de decir Gregorio.
Igual estoy de acuerdo con lo que vos decís. Las dos cosas son ciertas y necesarias.

Facundo Negri dijo...

Es muy cómodo tener 5000 amigos y no tener que ir a visitarlos.