La comarca en la que vivo se ubica en una hondonada rodeada de cerros muy altos.
Somos exactamente 1.342 personas con idéntica cantidad de hombres y de mujeres.
El motivo del aislamiento es que en esta olla de la naturaleza existen algunas características que hacen imposible la vida a personas que no hayan nacido en el lugar.
Efectivamente, la fuerza de gravedad ejerce sobre nosotros una atracción muy superior al promedio del resto del planeta. Por ejemplo, una persona que mida un metro y medio, puede pensar entre 180 y 200 kilos.
Quizá nuestra estatura es tan baja justamente porque la tierra nos atrae demasiado.
Nosotros no somos curiosos aunque tenemos muchas fantasías. Sin embargo sabemos que los extranjeros sí son curiosos porque varios han querido ingresar a nuestra comarca pero mueren a las pocas horas porque no soportan el aumento de peso que padecen y les resulta imposible respirar.
El aire es muy diferente al que circula fuera de la hondonada. Acá siempre hay una densa neblina de agua aceitosa que nos lubrica la piel y que forma con el sol curiosas aureolas alrededor del cuerpo.
No tenemos una vida muy entretenida, ya nos hemos contado todo lo que sabíamos y es por eso que no paramos de inventar historias, sobre todo tratando de imaginar cómo será vivir fuera de la comarca.
Acá nunca llegaron sus enfermedades porque se ve que no hay microbio que resista una atmósfera con aire tan saturado de agua aceitosa.
Los de afuera quieren vivir acá porque nosotros siempre somos los mismos, nunca nos enfermamos, no envejecemos, no morimos y nos amamos como ellos apenas pueden imaginar.
Nuestra vida sexual es muy intensa. Cuando las mujeres de afuera de la comarca se embarazan, anidan un huevo gestado por nosotros.
(Este es el Artículo Nº 1.543)
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11 comentarios:
Hermosísimo cuento, Fernando. Realismo fantástico, cadencia suave, imágenes poderosas y bellas.
Este también lo voy a usar en mis talleres!!!
Me gusta eso de que las personas de un metro y medio puedan peNsar180kg!
No te ilusiones gorda petisa, quiso decir PESAR, bobeta :)
Ya sé!!! nabito
Imagino muy sensual la piel cubierta por esa agua aceitosa que lubrica la piel y forma con el sol curiosas aureolas.
Es una buena idea inventar historias para agregarle contenidos a la vida. Y para resignificar lo cotidiano.
Estoy de acuerdo con Diana. Escribir ayuda a pensar, permite disfrutar y te conduce a estar atento a todo lo que sucede en ti mismo y a tu alrededor.
A mí me resulta imposible respirar aquí, en la ciudad, rodeado de tanto ruido y basura.
Siempre nos parece que afuera de la comarca es mejor...
Me encanta la serie ¨Juego de tronos¨. Ahí en el capítulo 10, creo, una princesa permanece toda la noche inmersa en fuego sin quemarse. Al amanecer abre sus brazos y de tres huevos que ha anidado, nacen los dragones que la conducirán a su reinado.
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