sábado, 21 de julio de 2012

La sencillez que se complica al ser observada



La sexualidad humana es complicada para los mismos humanos porque tenemos que observarla haciendo uso de un lenguaje impreciso.

En otro artículo (1) afirmo que la sexualidad es sencilla e intento fundamentar esa afirmación diciendo que somos una especie mamífera como cualquier otra. Sin embargo, el resto de mis artículos se dedican a describir, proponer hipótesis y tratar de entender por qué, a pesar de ser tan sencillos, no logramos entendernos.

Precisamente, refiriéndome a los vínculos incestuosos en otro artículo (2), debo reconocer que podría aceptar una teoría para explicar la relación madre-hijo pero excluyendo las otras formas de vínculos incestuosos.

En el referido artículo (2) hago mención a la relación incestuosa que puede establecerse entre la hija y su madre.

Guiándome por lo que suele verse en las películas pornográficas (material de estudio al que la ciencia menciona pocas veces como fuente de información respetable), observo que se repiten las escenas de lesbianismo en el que las mujeres se complacen mutuamente besándose sobre todo en las zonas erógenas: vagina, ano, boca, senos.

Sin dejar de aceptar la hipótesis de que el único «vínculo incestuoso» sea el acto de penetración vaginal por el que el varón intenta volver al útero materno, podría también aceptarse que la sexualidad oral constituye un intento de entrar (con la lengua en vez del pene) en el cuerpo de la madre, fantaseando con satisfacer el inconsciente anhelo de volver a la vida intra-uterina.

Seguramente estas disquisiciones le quitan cualquier rasgo de sencillez a la sexualidad humana. La principal fuente de complejidad surge de una mente que intenta verse a sí misma, con un alto grado de subjetividad, careciendo de una distancia emocional mínima para que la observación, (auto-observación, en este caso), pudiera ser confiable y que solo puede pensar con palabras de múltiples significados.



(Este es el Artículo Nº 1.635)


10 comentarios:

Fulgencio dijo...

Cuando el que observa es el objeto mismo de conocimiento, no se puede tomar distancia. Qué se le va a hacer...

Clarisa dijo...

Estoy de acuerdo con ud. Es una hipótesis lógica que la mujer, en su anhelo de volver al útero materno, lo haga utilizando su lengua, del mismo modo que el varón lo haría usando su pene.

Rulo dijo...

A partir del día de hoy, incluiré en mi material de estudio obligatorio la pornografía. Prometo citar la fuente.

Lola dijo...

La sexualidad oral constituye un intento de ser feliz.

Morgana dijo...

¿Le parece que el resto de los mamíferos se entiendan entre si mejor que nosotros? Yo creo que tienen el mismo tipo de dificultades: lucha por la subsistencia, defensa del territorio, dificultades para proteger a las crías, inseguridad, robos, accidentes, muertes prematuras, etc.

Nazareth Inglese dijo...

El lenguaje
es impreciso
por eso preciso
que me enjuague
lo dicho.

O sea, que me la haga fácil, que limpie la mugre o lo que sobre para tratar de entender algo, vamos!

Lilián dijo...

Insisto con algo que no es nada original. La dificultad de los humanos está dada por la cultura. Nuestra cultura es muy compleja porque nuestro cerebro también es muy complejo.

Alberto dijo...

Nuestro cerebro no es mucho más complejo que el de los chimpancés. Pero es cierto que alcanza alguna pequeña variante en alguno de los genes para que haga enormes diferencias. Incluso pequeñísimos desequilibrios a nivel de los neurotransmisores, hacen la diferencia.

Anónimo dijo...

A mí lo que me importa no es entender, sino pasarla lo mejor posible.

Lautaro dijo...

Por eso, Anónimo, Fernando nos sugiere que recurramos al abundante material pornográfico que tenemos a disposición, a fin de ilustrar nuestras vidas (y pasarla lo mejor posible).