Hay más de treinta grados de calor y la humedad hoy no ha bajado del 93%. Realmente está pesado. Se hace difícil respirar. Me bañé inútilmente porque ya estoy transpirando de nuevo. Tomaré prestada la sillita del abuelo para sentarme en la vereda, a ver si corre un poco de aire. Se ve que la nieta del florista pensó lo mismo que yo.
— ¡Hola, Mejillas; calor, eh?—, le dije,
gritando lo suficiente.
— ¡Sí, qué horrible, no se puede estar en
ningún lado!—, me respondió con toda su imaginación.
Como la conversación no daba para más me puse
a pensar qué estaría haciendo nuestro hijo con seis grados bajo cero, según nos
dijo esta mañana por Skype. Él no está acostumbrado a esos climas. Lo que más
se acercó fue mirando las películas con alguna escena de «Happy Christmas» que tanto le gustaban
cuando era chiquito.
¿Qué le
pasará a ese muchachote que corre por la vereda de enfrente? No tiene cara de
que lo estén persiguiendo, pero está rojo como un tomate. ¡Qué mal día para
hacer ejercicio!
A esta hora
ya anocheció para él. Debe estar en la cama con la mujer esa que se juntó,
llena de hijos de varios hombres. Ja! Sobre gustos...
Otra vez el
muchacho vuelve corriendo. Parece más alto, ¡qué raro! Sigue con gesto de hacer
ejercicio.
Al pobre le
estropearon la cabeza cuando la mujercita que le habíamos elegido para que
fuera feliz, lo dejó por Facebook, abrazada a un desconocido con algunos meses
de embarazo.
De nuevo el
muchacho! Debe ser el calor con humedad: juraría que está aún más alto. Será un
asmático? Por el silbido que hace al respirar con tanta fatiga.
Algún
encanto debe tener su mujer, porque a pesar de ser 12 años mayor y no ser muy
agraciada, el hecho es que ya varios hombres la han embarazado antes que
Miguelito.
Este
muchacho, ¿no estará loco, no habrá consumido alguna sustancia, no se habrá
fumado algo? Ya está como 10 cms. más alto que la primera vez que pasó. Las
baldosas se van a romper con los mazazos que da él con sus talones.
Está mucho
más gordo que cuando se fue. Seguro que la mujer cocina mejor que la madre. Las
gitanas tienen eso: embrujan con los condimentos.
¡OTRA VEZ!
¿Y más alto aún? ¡Qué olor a transpiración tiene!
(Este es el
Artículo Nº 1.597)
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15 comentarios:
Me gustó mucho su cuento Fernando.
Ud cada día escribe mejor!
Está espectacular eso de que el narrador habla del hijo y del deportista y queda bien claro, sin necesidad de que se añada nigún comentario para orientarnos. Muy bueno!
Me hizo acordar a mi pueblo, cuando sacaba mi sillita a la puerta de casa y me sentaba ahí bajo la sombra del Paraíso, en esas interminables tardes de calor.
Conozco a unos cuantos que corren con 30º y una humedad que mata. Es una especie rara de masoquismo, pero de gustos...
El hombre que corre, ese ser intrascendente para el protagonista, está cada vez más cerca, mientras a su hijo lo vamos ubicando cada vez más lejos, en un país nevado, con una mujer exótica.
Las mujeres podemos ser mayores que nuestra pareja e igual resultarles atractivas. En general pasa al revés, pero hay buenos ejemplos de que no siempre es así.
Lo que más gusta en un hombre o en una mujer, no es el físico, la inteligencia o determinadas cualidades. Es la actitud que el otro tiene hacia nosotros.
En cierto modo todos somos como el muchachote de la vereda de enfrente. Corremos a pesar de. Transpiramos sin necesidad. Pasamos calor, nervios y nos esforzamos demasiado.
Nuestros padres siempre creen que la pareja que elejimos no es la más adecuada.
Claro! en el fondo querrían que los hubiéramos elegido a ellos.
A quién no le gustan las escenas de Happy Christmas!! Sólo a los izquierdosos. A la gente normal le encanta ver nevar... sobre todo si vive en una país donde no nieva.
Y los arreglos rojos y verdes, las velas, los árboles de navidad, las campanitas, los renos, los angelitos, los paquetes de regalos con grandes moñas!
Qué linda es la Navidad!!!
Perdooon!! Los ¨izquierdosos¨no somos normales!!!
Tanto te han colonizado los poderosos, Leticia, que te gusta comer turrón con 30º y ver nieve de algodón para soñar que vivís en un país de esos.
El Sur también existe, nena.
Nuestras tradiciones andan perdidas por ahí, escondidas en los montes.
No seas tan dura Sandra.
Todos llevamos un niño dentro. Lo que no sabemos es si algún día crecerá.
Al muchachote de enfrente lo persiguen, sí. Le anda atrás un lobo feroz. Él hace todo lo posible por ir más rápido. Se acerca al vecino porque le ve cara conocida. Está aterrado. Da vueltas y vueltas para escabullirse. Tiene miedo.
Yo tengo gesto de hacer ejercicio hasta cuando hago el amor. Todo me cuesta esfuerzo. Es terrible. El estrés me subió más que el colesterol!
El pibe se fumo. Está claro. Dejalo que viaje. Si se te acerca no le des bola. Dejalo que haga la suya.
Lo que tiene los condimentos, las hierbas aromáticas, las especias, ahhh! Lo que tienen es que te llenan de sudores vaporosos.
¨El puchero suelta un ánima que sube, a confundirse en la nube que luego será aguacero¨. Genio el Silvio Rodríguez!
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