Los animales son
perfectamente coherentes, pero a los humanos tanto nos molesta pensar que somos
animales como que somos incoherentes.
«¡Ay, tesoro, cuánto te extraño!», es una expresión de cariño que nos
hace pensar en un «gran amor».
Cuando decimos «gran amor» aludimos a una noción de cantidad, de tamaño,
de profundidad, de importancia, de intensidad.
Un país, una botella o una
cama pueden ser grandes, medianos o pequeños respecto a algún dato elegido como
referencia: un país es grande respecto a otros más pequeños, una botella es
grande respecto a un tubo de ensayo y una cama es grande cuando la comparamos
con una cuna.
¿Qué tomamos en consideración
cuando pensamos en un «gran amor»?
Un país, una botella o una
cama son tangibles pero el amor no lo es. Por lo tanto la dimensión es cien por
ciento subjetiva, imprecisa, indemostrable.
De todos modos la expresión «¡Ay, tesoro, cuánto
te extraño!» existe, la comprendemos y es creíble.
Esa expresión cariñosa la está diciendo alguien que toma conciencia de
lo que le falta cuando el destinatario de la exclamación está ausente.
Podríamos recordar entonces que el amor se mide mejor cuando no está
porque cuando está (el ser amado presente), el sentimiento de amor es tan
pequeño que no provoca una exclamación de dolor, de sensación, de percepción.
Sin ánimo de enredar el tema, podría concluir que un amor se nota más
por su ausencia que por su presencia.
Probablemente cuando dos personas se divorcian lo que intentan es
percibir el tamaño real del amor que sienten recíprocamente.
Esta idea es paradójica, rara, extravagante, absurda, pero el ser humano
no es tan coherente como el resto de los animales.
Más aún: a los humanos tanto nos molesta pensar que somos animales como
que somos incoherentes.
¡Nada nos viene bien!
(Este es el Artículo Nº 1.836)
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12 comentarios:
Es verdad, lo tangible se nota más cuando está y lo intangible más cuando no está.
Hay parejas que se separan un montón de veces y siempre terminan volviéndose a juntar, pero son las menos. Creo que en general, después de la separación viene un gran alivio.
Yo siento el amor intensamente cuando la persona amada está presente. Cuando no está, no la extraño porque estoy muy ocupada.
Creo que el Licenciado se refiere a la ausencia total del ser amado, no a las horas o los días en los que no se lo ve.
Creo que el Licenciado se refiere a la ausencia total del ser amado, no a las horas o los días en los que no se lo ve.
De todos modos el tema central es la diferencia entre la percepción de lo tangible y lo intangible.
Nos molesta pensar que somos animales porque no está en nuestra naturaleza adaptarnos a la monotonía de la vida animal.
Como nuestro comportamiento es mucho más variable que el del resto de los animales, es mucho más fácil que tengamos comportamientos, actitudes, ideas o sentimientos incoherentes.
Nos molesta ser incoherentes porque creemos en el libre albedrío. Creemos que podemos elegir; elegir la coherencia.
Es más simple incorporar lo tangible que lo intangible. Sin embargo, aunque no seamos capaces de simbolizar o abstraer, desde pequeños percibimos el bienestar, el placer, el dolor.
Si el sentimiento de amor es tan pequeño cuando la persona está, no vale la pena amar.
Es una desgracia, pero no podemos saber con exactitud qué quiere decir el otro cuando dice que siente un gran amor.
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