Los enamorados de diferente sexo tienen aspiraciones tan imposibles que terminan juntándose porque el impulso reproductivo los obliga.
Hasta el jefe de
administración más inepto recomienda no abrir la ventana cuando adentro de la
oficina hay papeles sueltos por todos lados y afuera hay un vendaval.
Por similares motivos las
personas no deberían enamorarse hasta que no tengan la madurez suficiente,
porque con inmadurez (papeles o sentimientos sueltos por todos lados), el
enamoramiento equivale a un huracán.
Este desorden solemos llamarlo
«confusión»,
«caos», «delirio».
Claro que la oficina llena de papeles sueltos y la cabeza llena de
emociones volátiles, son en realidad dos (oficinas y cabezas).
Efectivamente, pensemos que los enamorados saben lo que el otro está
sintiendo y que, por lo tanto, como todo conocimiento, genera una
responsabilidad.
En otras palabras, cuando los enamorados saben que el otro participa de
la emoción le exige responsabilidad, que no se equivoque, que se comporte de
tal manera que no surjan desentendimientos, dudas y, mucho menos,
frustraciones.
Si bien dos personas del mismo sexo tienen dificultades para complacerse,
para entender qué es lo que el otro desea, la situación se complica cuando los
enamorados tienen sexos diferentes.
Que una mujer entienda al hombre que ama es tan difícil como que el
hombre entienda a la mujer que ama.
Dos personas enamoradas y del mismo sexo tienen dificultades para
entenderse por algo tan simple que puede resumirse en un proverbio: «Sobre
gustos no hay nada escrito».
Las prioridades son únicas para cada persona y quien está enamorado
espera que su objeto de amor no lo defraude en su aspiración principal, esto
es, que con el otro sean tan idénticos como dos gotas de agua. ¡Imposible!
Los enamorados de diferente sexo tienen aspiraciones tan imposibles que
terminan juntándose porque el impulso reproductivo los obliga.
(Este es el Artículo Nº 1.849)
●●●
9 comentarios:
Cuando el enamoramiento implica que esperamos del otro las mismas reacciones, necesidades y deseos que nosotros tenemos, estamos creyendo, sin darnos cuenta, que el otro del que estamos enamorados, es exactamente igual a nosotros.
Como nuestra forma de ser es la que más conocemos, creemos que es la mejor.
Hay que tener mucha suerte para enamorarse de jóven y seguir juntos de viejos. (seguir juntos porque de verdad es eso lo que se quiere)
Durante el período de enamoramiento las emociones son tan volátiles y frágiles, que vivimos en el permanente sobresalto de la alegría a la sosobra.
Los enamorados creen saber lo que el otro está sintiendo, pero de un momento a otro sienten que no saben.
El enamoramiento entre personas del mismo sexo es más complicado frente a la sociedad, pero más sencillo para los enamorados.
Yo ya no trato de entender. Lo quiero o no lo quiero. Y punto.
Dos personas de distinto sexo se unen porque el impulso reproductivo los obliga, aunque no estén en edad reproductiva. La atracción hacia el otro sexo sigue estando y no queda muy claro por qué.
Me enamoré de mi marido porque yo creía que él tenía todo lo que a mí me faltaba.
Publicar un comentario