jueves, 30 de enero de 2014

El periodismo alienta la ignorancia



Todos criticamos los bajos niveles educativos, pero ciertos comunicadores ganan dinero adulando a los ignorantes.

En Latinoamérica nos quejamos del escaso nivel educativo que tienen nuestros pueblos. Cuando masivamente somos evaluados por pruebas internacionales queda en evidencia que tenemos mucho para mejorar.

Las causas de este rezago son múltiples, muchas de las cuales seguramente tienen que ver con un escaso presupuesto asignado a la enseñanza, el bajo nivel profesional de los docentes, la ineficiente administración de los recursos humanos encargados de la educación.

También existen causas políticas. Es falso que los políticos desean gobernar un pueblo muy ilustrado, formado, capaz de analizar, criticar y comunicarse con eficacia verbalmente y por escrito. Los políticos recuerdan que casi todas las revoluciones comienzan en las capas socialmente más educadas. Los pueblos ignorantes son fácilmente dominables, poseen gobiernos autoritarios y el estado controla la vida de todos.

La gobernabilidad resulta más fácil cuando la mayoría es crédula, con baja tolerancia a la frustración, lo suficientemente infantil como para guiarse por el «querer es poder», con predominio del pensamiento mágico que la lleva a tener creencias religiosas, dogmáticas, supersticiosas, predispuestas a idealizar a cualquier personaje suficientemente carismático.

Observemos qué ocurre con los medios de comunicación.

En muchas ocasiones recibimos opiniones que intentan hacernos creer que los gobernantes son tontos, que si el lector ocupara su lugar haría las cosas mejor; que los niveles de ridiculez de los jerarcas son insólitamente cómicos; que los ricos son todos corruptos y ladrones; que los profesores hacen tonterías que ningún lector, con mínima enseñanza, haría.

Este periodismo les está diciendo a los más ignorantes: ustedes poseen la verdadera sabiduría, ustedes nacieron sabiendo, no necesitan perder el tiempo estudiando, con lo que ustedes saben están mucho mejor que los poderosos que toman decisiones.

Me inclino a pensar que estamos ante una fuerte hipocresía: todos estamos de acuerdo en que tenemos que aumentar los niveles de educación masiva, pero ciertos comunicadores ganan dinero adulando a los ignorantes.

(Este es el Artículo Nº 2.126)


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