Toleramos que los homosexuales no colaboren en la conservación de la especie.
Yo, ciudadano del mundo, como
un integrante más de los 7.000 millones de ejemplares de nuestra especie,
declaro:
— Estoy de acuerdo con que las
mujeres que deseen interrumpir su embarazo dispongan de la autorización
colectiva y de los medios técnicos suficientes como para abortar con las
mayores garantías;
— No estoy de acuerdo con
cualquier acto demostrativo que intentara exhibir esta excepción que hacemos
con ellas. Si la mujer que aborta con nuestro consentimiento y hasta con
nuestra colaboración deseara hacer algún acto de festejo por su logro personal
(interrumpir el embarazo), deberá hacerlo dentro de un círculo íntimo, sin
utilizar los espacios públicos para compartir su situación personal ante
personas que no tienen por qué estar interesadas en saber cómo eliminó su
embarazo no deseado;
— Los humanos podemos hacer
excepciones en la responsabilidad individual y colectiva de conservar la
especie, pero eso no ameritará que los beneficiados por la autorización
manifiesten su alegría personal intentando de ese modo que todos se alegren de
un acto (aborto) contrario a los intereses de la especie;
— Estoy de acuerdo con los
hombres y las mujeres que deseen abstenerse de la función reproductiva porque
su opción sexual los orienta a tener vínculos íntimos con personas de su mismo
sexo (homosexualidad);
— No estoy de acuerdo con
cualquier acto demostrativo que intentara exhibir esta excepción que hacemos
con estos ciudadanos homosexuales. Si un homosexual (varón o mujer), contando
con nuestra autorización para no colaborar en la conservación de la especie,
deseara festejar esta excepción, deberá hacerlo dentro de un círculo íntimo,
sin utilizar los espacios públicos para compartir su situación personal ante
personas que no tienen por qué estar interesadas en cómo ejercen su opción
sexual contraria a la conservación de la especie.
(Este es el Artículo Nº 1.831)
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10 comentarios:
Supongo que algunos homosexuales hacen excibicionismo porque en el fondo sienten la necesidad de reafirmarse en su postura, en su ¨opción¨. Es una actitud medio adolescente, como decir: ah! no me dejan, entonces yo lo voy a hacer a ojos vista.
No me molesta que los homosexuales se besen en espacios públicos, así como no me molesta que lo hagan los hetero.
A algunas personas les molestan las marchas por el orgullo gay. Dicen que soy chocantes, extravagantes.
Cierto que son distintas a el resto de las marchas, de las manifestaciones. Tienen mucho colorido, música, creatividad, desparpajo, hay un ánimo de jugar, de usar ropas que la sociedad tiene mal vistas. A mí todo eso no me parece mal, sobre todo porque nace espontáneamente de ellos; nadie les organiza las marchas.
Yo creo que sí está bien que se manifiesten es espacios públicos, porque es el público, la sociedad, quien manifiesta rechazo por ellos. ES necesario que tengan la posibilidad de decirle a ese público: ¨yo estoy en esto aunque tú no lo apruebes, y no me amedrantaré cuando me rechazas o me dificultas el acceso a lo que accede cualquier ciudadano común¨.
Lo que plantea con respecto al aborto es clarísimo. Se puede respetar pero no da para festejarlo, al menos en espacios públicos.
Otra cosa distinta es el derecho a manifestar las ideas en forma pública.
No sé si somos nosotros, la mayoría, los que hacemos la excepción con la minoría homosexual. Eso es como decir que nosotros, dueños del poder, les otorgamos la gracia de ser como puedan o quieran ser.
Es muy arrogante decir que una persona necesita de la autorización de otra u otras, para desarrollar su vida de acuerdo a como la siente.
A esta altura no hay por qué tolerar que algunos individuos se aparten de la tarea de conservar la especie reproduciéndose. ¡Somos más de 7.000 millones en el planeta!
Sí, Marina, no es necesario tolerarlo. Hablaríamos de tolerar si fuésemos pocos. Además existen otras formas de conservar la especie: evitar las guerras, propiciar la salud de los jóvenes, permitirles a estos últimos que accedan a los recursos económicos necesarios como para formar una familia.
Los homosexuales podemos colaborar en la conservación de la especie adoptando. De ese modo, criando con amor a un niño, hay más posibilidades de que en un futuro sea de provecho para la conservación de la especie, ya sea reproduciéndose o mejor aún: propiciando la concordia y el bienestar en el círculo de vínculos donde le toque vivir.
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