jueves, 7 de marzo de 2013

No poder escuchar


Algunas personas no pueden escuchar, (ni leer), porque necesitan creer que lo saben todo y que merecerían ser los gobernantes.

Los roles de mando, (jefes, directores, líderes), son difíciles porque la naturaleza humana nos desalienta escuchar todo mensaje que podamos ignorar.

Como somos hijos del rigor, escuchamos por obligación, porque no tenemos más remedio, porque la angustia nos obliga, por debilidad.

a) Es por obligación cuando integramos una cadena de mando en la que escuchar al superior jerárquico está impuesto reglamentariamente;

b) No tenemos más remedio que escuchar el mensaje de algunas personas porque a veces nos han comunicado algo interesante, valioso, digno de ser conocido por nosotros;

c) La angustia busca ser calmada de cualquier manera, inclusive con el mensaje que nos venga de afuera. Estar angustiados nos vuelve muy demandantes de ayuda: por eso escuchamos a quien podría desangustiarnos;

d) Escuchamos porque somos vulnerables, y esta causa explica todas las anteriores, pues sentimos la presión de la obligación, «no tenemos más remedio» y nos angustiamos, precisamente porque somos débiles, dependientes, inseguros.

Conclusión: es gracias a nuestra sensación de debilidad que podemos comunicarnos.

De la anterior conclusión podemos deducir que las personas arrogantes tienen tantas dificultades para escuchar como si permanentemente estuvieran desempeñando un rol de mando.

Esta afirmación también es válida si la expresamos al revés: Las personas que tienen dificultades para oír lo que otros les dicen, muy probablemente sean arrogantes.

Esa arrogancia ensordecedora suele estar acompañada de fantasías de mando.

Efectivamente, quien no puede oír porque cree que los demás no saben nada ni tienen cosas interesantes para decir, supone que es un líder natural, se imagina como alguien que lo sabe todo, que las ideas ajenas son erróneas y que tiene todo el derecho a mandar, aconsejar, gobernar, aún sin los votos suficientes.

(Este es el Artículo Nº 1.830)


12 comentarios:

Leticia dijo...

Claro, si una persona cree saberlo todo, sentirá que está en condiciones de dirigir a los otros.

Verónica dijo...

Los roles de mando son difíciles porque casi nadie te escucha de verdad. Mucho menos cuando estás en ese lugar.

Gabriela dijo...

Por escuchar al superior uno termina desoyéndose a si mismo.

el oriental dijo...

Escuchar una palabra de aliento es más agradable con Colgate.

Olegario dijo...

Si no escuchara a nadie, nadie influiría sobre mí. Pero algunos gestos son tan elocuentes... que es imposible eludir el empujón.

Graciana dijo...

Los mensajes que vienen de adentro, son mensajes manchados en sangre!

Joaquín dijo...

A veces alcanza con oír la voz del médico para tranquilizarse.
A otros les pasa al revés.

el poeta dijo...

arrogancia ensordecedora
hay en tus ojos
niña mía.
y cuando los clavas
en los míos
deja de escucharse
cualquier ruido.

Nazareth Inglese dijo...

El que manda
no escucha
porque
se embarulla.

Anónimo dijo...

¡al fin descubro que ser débil sirve para algo!

Cecilia dijo...

Yo creía en mí porque veía un brillo de admiración en los ojos que me miraban.

Gabriela dijo...

Uno se da cuenta cuando no lo escuchan porque ve que el otro cree adivinar lo que vas a decir, y se adelanta, pero de manera equivocada.