viernes, 15 de marzo de 2013

Mascotas y presidiarios



 
Existen semejanzas entre los hogares con mascotas y las penitenciarías pues encarcelamos mascotas y delincuentes con el objetivo de humanizarlos.

No pensar respetando el sentido común es divertido para algunos e irritante para otros.

Quienes le prestan atención a mis producciones escritas y filmadas, se divierten. «Somos pocos pero buenos», diría algún conformista incorregible.

Algo en mi cabeza puede ser comparable aunque el sentido común no lo considere así.

Son comparables las cárceles con ciudadanos privados de libertad para ser reeducados con los hogares donde hay una o más mascotas.

Por lo tanto estoy comparando a los presidiarios con las mascotas, y a las cárceles con los hogares compuestos por seres humanos y no humanos.

En ambos lugares, los amos y los carceleros cuidan de que los capturados no se escapen, pero para mantener la ficción de que se diferencian, se dice que las mascotas se pierden o extravían mientras que los presos se fugan.

De hecho unos y otros se fugan o se extravían. Por eso son comparables.

El amo le da a su mascota alimento, atención sanitaria, cobijo, así como las instituciones penitenciarias hacen lo propio con los recluidos.

Las mascotas en los hogares cumplen la tarea de darle al amo la sensación de que él es un ser superior, así como los presos nos dan la sensación a los demás ciudadanos de que somos superiores por ser más honrados y obedientes.

Los dueños de mascotas están orgullosos de ellas y a veces exageran diciendo: «mi animalito es tan inteligente que le falta hablar».

La palabra «animalada» (burrada, barbaridad, salvajada), en idioma español (1), alude a una equivocación propia de «animales». Por esto suponemos que las cárceles son instituciones que procuran «humanizar» a quienes se comportaron como mascotas.

Conclusión: Encarcelamos mascotas y delincuentes para humanizarlos.

 
(Este es el Artículo Nº 1.838)

10 comentarios:

Esteban dijo...

Los humanos tendemos a humanizar todo. Todo lo vemos a ¨nuestra imagen y semejanza¨. Es una necesidad. Nos hace sentir mayor dominio sobre la realidad que nos rodea.

Rosana dijo...

Que encarcelamos a los delincuentes con el objetivo de humanizarlos es cierto. Que lo logramos en una minoría de casos, también.

Iris dijo...

¿Qué pasa cuando dejamos a un lado el sentido común?. Sentimos miedo a la locura, al ridículo. a equivocarnos.

Olga dijo...

Una cosa es tener una mascota y otra vivir con un perro, un gato, un mono o lo que sea. La mascota se usa. Vivir con un animal es darse compañía mutuamente.

Fabián dijo...

Si un perro quiere irse hay que dejarlo ir. En la enorme mayoría de las veces no quieren, porque se sienten queridos y protegidos donde están.
No está bien tenerlos encerrados ni usarlos como guardianes, ahí estamos de acuerdo.

Facundo Negri dijo...

El animal doméstico se queda en casa porque no sabe vivir de otra manera. Es un ser dependiente en todo sentido del humano.

Sandra39 dijo...

El presidiario también se convierte en dependiente si no se le facilitan instrumentos como para que pueda incorporarse a la sociedad.

Marisa dijo...

A mí particularmente, el animal me hace sentir inferior. Ya quisiera yo tener la cordura que tienen ellos.

Gabriela dijo...

Los animalitos son inteligentes pero de un modo distinto al humano. Creer que no son inteligentes o que son ¨animalitos¨ es inferiorizarlos o humanizarlos.

Elena dijo...

Yo diría que encarcelamos a los delincuentes para animalizarlos, en un doble sentido: los animalizamos cuando no los mantenemos asinamos, y los animalizamos cuando les procuramos los elementos necesarios como para recuperar su instinto.