sábado, 7 de julio de 2018

PARQUE RODÓ, TRISTE Y ROJO



Cuando murió mi hermano los adultos no querían que yo supiera y me mimaban de más. Mi abuela me llevó al Parque Rodó. Quería consolarla, pero no sabía cómo. Vi a un vendedor de globos, de esos que tiran para arriba. Me parecieron maravillosos. Ella se dio cuenta y me compró uno. Mientras lo pagaba aproveché para soltarlo. Qué alegría sentí de poder regalárselo a mi hermano. Parece que yo también quería mimarlo.

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