Tengo mucha
memoria. Recuerdo acontecimiento de la infancia, de mi familia, de mis amigos,
de la familia de mis amigos, de las novelas para adultos que leía ocultándome
de mi abuela paterna. Recuerdo el nombre de los personajes, lo que me enseñaron
en la escuela o en el liceo, lo que aprendí en las miles de películas
norteamericanas, mexicanas, argentinas, españolas, francesas, italianas.
Lo lamentable
es que todos mis recuerdos están mezclados. No sé si algo lo experimenté o lo
leí. No sé si lo viví o lo saqué de una película.
La ventaja
de este desorden mental es que tan solo recordando produzco historias que no
están en Internet, pero que tampoco fueron totalmente reales.
Mis recuerdos
se parecen a esas fotos de la etapa escolar en las que, por ahí nos encontramos
en una montaña de niños bastante parecidos entre sí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario