viernes, 21 de enero de 2011

Un buen golpe vale más que mil argumentos

Los mamíferos respetamos lo temible.


Para acceder a lo que necesitamos (aire, agua, luz), los seres vivos desarrollamos características con las que podemos conservar la existencia.

— Los vegetales orientan sus pantallas solares (hojas y flores) hacia la mayor fuente de luz;

— Los peces poseen branquias que extraen el oxígeno del agua;

— Los humanos nos inventamos historias para no tomar conciencia de cuán vulnerables somos.

Este último ejemplo parece especialmente apartado de la categoría que incluye a los dos primeros, pero lo hice a propósito para resaltar la importancia que tiene para nosotros imaginarnos que la vida es menos complicada de lo que realmente es.

Me llama especialmente la atención cómo el miedo nos convence más que los mejores argumentos.

Dicho de otro modo: bajo amenaza, casi todos pensamos como nos indica que debemos pensar alguien que podría hacernos daño si lo contradijéramos.

Esta condición humana (o mamífera), da como resultado que las personas físicamente más fuertes tienen la posibilidad de obligarnos a pensar como ellos quieren.

Lo preocupante de este fenómeno, es que muchas veces la fuerza física aparece para compensar una carencia en la fuerza intelectual.

Parece cierto que los que no tienen inteligencia para convencer con argumentos, desarrollan compensatoriamente el poder de imponer sus ideas por medio de la fuerza bruta (violencia, coacción, amenazas).

De modo similar, podemos decir que las personas físicamente menos fuertes, desarrollan compensatoriamente la habilidad para imponer sus ideas por medio de la persuación, la inteligencia, el diálogo.

Con estos pocos elementos podemos decir que, por ahora y hasta que algo importante cambie, nuestra especie está gobernada por brutos, tontos y violentos, que silencian a los débiles inteligentes.

Algo importante cambiará cuando el repudio mayoritario a la brutalidad abra el espacio que están necesitando los/las débiles pero inteligentes.

Por ahora, endiosamos lo temible.

Artículos vinculados:

La mujer es un hombre sin pene

●●●

13 comentarios:

Marta dijo...

Ud no lo plantea pero se puede deducir de sus palabras: las mujeres son más inteligentes que los hombres a causa de su mayor debilidad física. No estoy de acuerdo. Las mujeres no somos más inteligentes. Tampoco somos más débiles, ya que vivimos más tiempo.

Marina dijo...

Ese gatito me conquistó... aunque no creo que pueda pegar fuerte.

Efraín dijo...

Pienso que cuando el miedo se convierte en el motivo de nuestras decisiones, es cuando menos nos damos cuenta de que actuamos impulsados por el miedo.

Osvaldo dijo...

Esto me explica por que muchos cristianos plantean como una virtud el temor a Dios.

Aldo dijo...

Si tienes que convencer a una mayoría poco inteligente, será más eficaz la fuerza física que la del argumento.

Ingrid dijo...

Creo que el miedo se hace consciente cuando nos resistimos a actuar impulsados por él.

Evaristo dijo...

Los humanos accedemos a lo que necesitamos mediante el poder. A su vez, el poder, nos aleja del miedo.

Alba dijo...

Soy bastante consciente de mi vulnerabilidad y lucho para que esta no me paralice.

Alicia dijo...

Retomando el planteo de Marta, pienso que las mujeres somos más sutiles y persuasivas, pero no necesariamente más inteligentes.

Roberto dijo...

La pucha! Qué autocríticas están las mujeres.

Gastón dijo...

Es una suerte que hasta ahora a los humanos se nos haya hecho relativamente fácil acceder a la luz, el agua y el aire.

Laura dijo...

Bienvenido del descanso!
De veras descansó? A mí me parece que ud descansa pensando. Las mayorías lo han exiliado.

Anónimo dijo...

La inteligencia a veces funciona como el judo, y puede volver la fuerza bruta del adversario contra sí mismo.