martes, 25 de enero de 2011

Las opiniones universales son imaginarias

Nuestra inteligencia necesita ajustes porque funciona mal.

Todos sabemos que es más fatigoso subir una escalera que bajarla.

También sabemos que los objetos parecen más pequeños a medida que se alejan de nosotros.

De modo similar, tenemos claro que un camino es una franja de pavimento con bordes paralelos, pero que en la distancia nos parece que los bordes se juntan en el horizonte.

En un artículo reciente (1) les decía que todo adjetivo calificativo (bueno, inteligente, hermosa) es posterior a una «comparación odiosa» (en tanto a la mayoría nos molesta cuando somos comparados con alguien que nos aventaja en alguna cualidad).

Cuando somos evaluados, calificados, diagnosticados, estamos en problemas porque no hemos desarrollado una destreza similar a la que desarrollamos para saber que subir una escalera produce cansancio o que los objetos se achican cuando se alejan.

El aprendizaje que nos falta es comprender la metonimia cuando nos hace pensar que una parte y el todo son iguales.

Si bien he publicado varios comentarios respecto a este defecto de nuestras mentes (2), hoy agregaré otro que necesitamos conocer urgentemente.

Ese defecto de nuestro pensamiento nos induce a realizar generalizaciones tan equivocadas como suponer que los bordes de una carretera efectivamente se juntan en el horizonte.

Por ejemplo, cuando alguien nos informa que —según su valoración— no somos capaces de preparar ricos alimentos, estamos siendo disimuladamente comparados con alguien que domina el arte culinario.

Nuestro defecto mental (la metonimia) nos induce a pensar que «no sabemos cocinar».

Dicho de otro modo, creemos que lo que opina una parte de la humanidad (enemigo, juez, profesor) es lo que opina toda la humanidad.

Este defecto nos genera confusiones similares cuando suponemos que si una parte de la humanidad (madre, cónyuge, amigos) nos aprueba, también lo hará toda la humanidad.

(1) «A» es mejor que «B» y peor que «C»


(2) Las noticias de nuestra infancia – 3

«Hoy comienzan mis éxitos»

La felicidad tiene que ser breve

●●●

12 comentarios:

la osita dijo...

Si mi osito me evalúa negativamente es peor que si toda la humanidad lo hiciera.

Paty dijo...

La osita y el osito tienen una relación edípica mismo!

Mariana dijo...

Me gusta escribir cuentos y a la primera que se los leo es a mamá. Tuvo que pasar un buen tiempo para que me diera cuenta que leérselos a otros era otro cuento.

Christian dijo...

Si me desaprueban perdónalos, no saben lo que hacen.

Marita dijo...

Lo peor es que nadie opine nada.

Gerardo dijo...

A mí me confunde contar con la aprobación de mis enemigos y la mala opinión de mis amigos.

Norton dijo...

En el horizonte carretero hay un viaducto que jamás se construyó.

Melissa dijo...

En los cumpleaños nunca falta el que te pregunta si la torta la hiciste vos; cuando resulta del todo evidente que la compraste en el supermercado.

Macario dijo...

Por eso insisto: no conviene comprar cabezas de ganado.

Rulo dijo...

Subir escaleras antes de que se inventara la fuerza de la gravedad era una papa.

Thalita dijo...

Llámele H, pero cuando el docente califica, el docente es el todo y el alumno no es parte.

Teresinha dijo...

Tuve suerte porque -por metonimia- creí que yo era una genia de las matemáticas, y ahora sigo creyendo que lo soy pero lo cierto es que sé más que muchos.