Cuando nuestra psiquis
tiene que resolver algún problema actual, puede buscar la solución
infantilizándose (regresando a etapas más felices).
Antes creía que las palomas mensajeras (1) volaban como cualquier
compañía aérea, al destino que se le indicara.
Creía que el colombófilo, (adiestrador de palomas mensajeras), le daba
instrucciones de este tipo:
«Ve a París, deja mi mensaje, permite que te agreguen otro para entregar
en Zurich y de ahí me traes el mensaje que te pondrán los suizos», sin embargo
lo que ocurre es que las palomas sólo saben volver a su nido desde cualquier
lugar, por muy distante que esté. En otras palabras: una paloma mensajera solo
sabe volver pero no sabe ir.
Esto me resultó muy frustrante porque se hacen pedazos muchas fantasías
que me había hecho de tan maravillosos pájaros.
Mi desilusión duró muchos años hasta que no hace mucho comenzaron a
ganar prestigio dentro de mi cabeza.
Al estudiar psicoanálisis terminé enterándome de que yo también solo sé
volver, no volando mil kilómetros en un solo día como ellas, sino que vuelvo a
repetir una y otra vez los esquemas de comportamiento anteriores, tanto a los
que me dieron resultado como a los que fueron traumáticos («tropezar dos veces
en la misma piedra»).
Me enteré también que cuando un ser humano se enferma, hace un fuerte
retroceso hacia la infancia (regresión), por lejos de su presente que se
encuentre.
En un video (2) comentaba que el personal médico suele hablarle a los
pacientes como si estos fueran niños, utilizando muchos diminutivos, haciendo
bromas infantiles, impostando un espíritu maníaco propio de la omnipotencia de
la niñez.
Suele ocurrir que las personas que se fueron a vivir con su cónyuge, con
algún pretexto, (riñas y disputas, por ejemplo), retornan a vivir con sus
padres, igual que las palomas mensajeras.
(Este es el Artículo Nº 1.776)
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12 comentarios:
Mi paloma mensajera sabe ir pero le cuesta volver.
Volver al nido es agradable. Cada vez que voy a visitar a mi madre, a la casa donde viví los primeros 20 años de mi vida, siento una emoción muy especial.
Aunque en cierto modo nos tira un palo, me gusta como está escrito el artículo.
Puede que a veces la regresión sea un método de defensa necesario.
Parece que los esquemas conocidos se nos graban. Cuando es para tropezar con la misma piedra te sentís un estúpido.
Capaz que hay un montón de comportamientos que no tienen edad, que pueden ser aceptables y beneficiosos en cualquier momento de la vida. Abrazar es uno de ellos.
Trabajo en la salud; no soy médica pero trato con pacientes. Me llevó más de cinco años hablarles de igual a igual.
Cuando des-infantilizás al paciente, recién ahí estás en condiciones de descubrir toda su riqueza.
Conocí más de un médico de esos que te hablan en un tono maníaco. Ante la enfermedad impostan un optimismo exagerado, imposible de creer. Uno sale más deprimido que antes.
Retornar a vivir con los padres en la adultez, es complicado. No digo que esté mal, dependerá del caso. Puede que no haya más remedio; por uno o por el padre o la madre. La cuestión es que si se da esa situación aprovechemos lo bueno que tiene.
Las palomas mensajeras ganaron prestigio en mi cabeza desde que descubrí que siempre volvían con el mensaje. Nunca me dejaron sin respuesta.
¿Aunque la respuesta sea no sé?
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