miércoles, 19 de diciembre de 2012

La antropofagia de una buena persona



   
El rito católico de comer el cuerpo de Cristo (eucaristía) nos recuerda una fábula de Esopo.

Esopo fue un escritor de historias que quizá existió alrededor del año seiscientos antes de Cristo.

Esas historias eran fábulas, es decir, ficciones en las que intervenían seres humanos, animales y también personajes imaginarios, animados e inanimados. Tenían un notorio fin pedagógico. En todos esos relatos el autor entregaba alguna enseñanza, consejo, sabiduría.

Mi madre me insistía para que estudiara aunque siempre me gustó leer, aprender y obtener buenas calificaciones, pero está claro que a ella le gustaba sentirse protagonista de mis logros estudiantiles y por eso me insistía para que hiciera lo que hubiera hecho de todos modos.

Una de las fábulas que ahora recuerdo era la del burro y los libros.

Según cuenta Esopo un burro tropezó con unos libros mientras pastaba. Como era su deseo sentirse superior a los otros de su especie (afán de logro, diríamos actualmente), imaginó que comiéndoselos incorporaría fácilmente todo eso que de otra forma tendría que leer, pensar, comprender, memorizar.

Así lo hizo: dejó de comer hierba y se tragó los libros. Sin comprobar los resultados reunió a otros burritos para exhibirles todo lo que sabía. Cuando quiso hacer tan asombrosa demostración no pudo decir nada pues nada sabía y terminó siendo el hazme reír del expectante auditorio.

La historia me impresionó vivamente, sin embargo, para disgusto de mi madre, creo que fue eso lo que me apartó del cristianismo prematuramente.

Efectivamente, la eucaristía es «En la Iglesia católica, sacramento instituido por Jesucristo, mediante el cual, por las palabras que el sacerdote pronuncia, se transustancian el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo» (1).

No creo que comiéndome (simbólicamente) el cuerpo de una buena persona alcance para convertirme en buena persona.

 
(Este es el Artículo Nº 1.782)

12 comentarios:

Gabriela dijo...

Exactamente, no alcanza con comerse a una buena persona para convertirse en buena persona. Supongo que quienes participan de la eucaristía están queriendo llevar adelante ese proceso de ser buenas personas. Con sus defectos, sus desaciertos, sus incoherencias,como pueden, pero lo están intentando. No descarto que habrán algunos que crean en el hecho de la eucaristía como un rito mágico, pero a estas alturas me parece que deben ser los menos.

Elena dijo...

La fábula del burro de Esopo es muy interesante. De veras nos pensamos que alcanza con comerse libros para saber.

Evangelina dijo...

No sé porqué la fábula lo apartó del cristianismo. Para ser cristiano no es necesario comerse ningún libro, ni siquiera la Biblia.

Alicia dijo...

Le confieso que me he comido unos cuantos libros de psicología y eso ha determinado en gran parte, mi forma de ser. Pero el que no come ninguna clase de libros no está exento a las múltiples influencias que determinan su personalidad. El ambiente se encarga de hacer lo suyo, sin que hagamos ningún tipo de opción.
Del mismo modo que no existen personas a-políticas, tampoco existen personas no influenciables por lo que les ha tocado vivir y saber.

Lautaro dijo...

Si comerse a una persona implica anularla, eso nos convierte en malas personas.

Oliverio dijo...

Hay una canción de Mª Elena Walsh que se parece a una fábula y dice más o menos así: había una vez una vaca que quería estudiar. Todos los niños se burlaban de ella. Es raro que una vaca quiera estudiar. Entonces la hostigaban pero la vaca siguió adelante con su determinación hasta que se convirtió en una vaca sabia y reconocida.

Enrique dijo...

La canción de Mª E. Walsh habla del bullyng, la discriminación y la resiliencia. Así que pasándolo a un vocabulario actual, sigue muy vigente.

Andrés dijo...

Lo más importante es desear ser una buena persona. A partir de ese deseo, cada cual encontrará su camino.

Margarita dijo...

El otro día, dando una vuelta por la Feria del Libro, vi un libro que me llamó la atención por el título. No lo recuerdo con exactitud pero la idea era: aprende a no hacer el mal que no deseas. A partir de ahí me imaginé que podrían existir quienes hacen cosas desagradables para ellos mismos y luego se arrepienten, como que los tortura ese impulso que no pueden controlar, un impulso maligno podríamos decir. Debe ser bastante torturante vivir con un problema así. Como hipótesis podemos pensar que existe un conflicto importante entre el Yo y el Ello, es decir entre los comandos del sujeto y los deseos inconscientes. Aunque no creo mucho en los libros de auto-ayuda, pienso que en algunos casos pueden ser inspiradores y servir como disparadores para pensar y encontrar caminos propios, que se ajusten a las características personales de cada uno para solucionar problemas.

Elbio dijo...

El burro y la vaca están hechos para comer hierbas. Los humanos podemos comer (incorporar) más variedad de cosas.
Entendiendo la libertad dentro de la determinación, la conclusión sería que los humanos tenemos un abanico de posibilidades más amplio para transitar nuestra vida.

Mª Eugenia dijo...

¿qué es eso de entender la libertad dentro de la determinación, Elbio?

Elbio dijo...

Sería algo así como que nuestra libertad existe dentro de la multideterminación (genética, psicosocial, histórica, ambiental, etc). Parece contradictorio peor quizás no lo sea. Lo que trato de decir es que la libertad existe dentro de determinados parámetros, del mismo modo que si estamos sanos tenemos libertad de movimientos pero dentro de las posibilidades humanas (no podemos volar por nuestros propios medios).