jueves, 13 de diciembre de 2012

La regresión de los humanos y de las palomas mensajeras



   
Cuando nuestra psiquis tiene que resolver algún problema actual, puede buscar la solución infantilizándose (regresando a etapas más felices).

Antes creía que las palomas mensajeras (1) volaban como cualquier compañía aérea, al destino que se le indicara.

Creía que el colombófilo, (adiestrador de palomas mensajeras), le daba instrucciones de este tipo:

«Ve a París, deja mi mensaje, permite que te agreguen otro para entregar en Zurich y de ahí me traes el mensaje que te pondrán los suizos», sin embargo lo que ocurre es que las palomas sólo saben volver a su nido desde cualquier lugar, por muy distante que esté. En otras palabras: una paloma mensajera solo sabe volver pero no sabe ir.

Esto me resultó muy frustrante porque se hacen pedazos muchas fantasías que me había hecho de tan maravillosos pájaros.

Mi desilusión duró muchos años hasta que no hace mucho comenzaron a ganar prestigio dentro de mi cabeza.

Al estudiar psicoanálisis terminé enterándome de que yo también solo sé volver, no volando mil kilómetros en un solo día como ellas, sino que vuelvo a repetir una y otra vez los esquemas de comportamiento anteriores, tanto a los que me dieron resultado como a los que fueron traumáticos («tropezar dos veces en la misma piedra»).

Me enteré también que cuando un ser humano se enferma, hace un fuerte retroceso hacia la infancia (regresión), por lejos de su presente que se encuentre.

En un video (2) comentaba que el personal médico suele hablarle a los pacientes como si estos fueran niños, utilizando muchos diminutivos, haciendo bromas infantiles, impostando un espíritu maníaco propio de la omnipotencia de la niñez.

Suele ocurrir que las personas que se fueron a vivir con su cónyuge, con algún pretexto, (riñas y disputas, por ejemplo), retornan a vivir con sus padres, igual que las palomas mensajeras.

   
(Este es el Artículo Nº 1.776)

12 comentarios:

el poeta dijo...

Mi paloma mensajera sabe ir pero le cuesta volver.

Gabriela dijo...

Volver al nido es agradable. Cada vez que voy a visitar a mi madre, a la casa donde viví los primeros 20 años de mi vida, siento una emoción muy especial.

Carolina dijo...

Aunque en cierto modo nos tira un palo, me gusta como está escrito el artículo.

Eduardo dijo...

Puede que a veces la regresión sea un método de defensa necesario.

Lautaro dijo...

Parece que los esquemas conocidos se nos graban. Cuando es para tropezar con la misma piedra te sentís un estúpido.

Elena dijo...

Capaz que hay un montón de comportamientos que no tienen edad, que pueden ser aceptables y beneficiosos en cualquier momento de la vida. Abrazar es uno de ellos.

Lidia dijo...

Trabajo en la salud; no soy médica pero trato con pacientes. Me llevó más de cinco años hablarles de igual a igual.

Margarita dijo...

Cuando des-infantilizás al paciente, recién ahí estás en condiciones de descubrir toda su riqueza.

Hugo dijo...

Conocí más de un médico de esos que te hablan en un tono maníaco. Ante la enfermedad impostan un optimismo exagerado, imposible de creer. Uno sale más deprimido que antes.

Álvaro dijo...

Retornar a vivir con los padres en la adultez, es complicado. No digo que esté mal, dependerá del caso. Puede que no haya más remedio; por uno o por el padre o la madre. La cuestión es que si se da esa situación aprovechemos lo bueno que tiene.

Roque dijo...

Las palomas mensajeras ganaron prestigio en mi cabeza desde que descubrí que siempre volvían con el mensaje. Nunca me dejaron sin respuesta.

Mª Eugenia dijo...

¿Aunque la respuesta sea no sé?