sábado, 15 de diciembre de 2012

La ignorancia sin señal de alarma



   
Como la ignorancia no nos provoca dolor padecemos sus dañinas consecuencias sin que la Naturaleza nos lo advierta.

Si bien ignorar es en sí mismo una limitante para cualquiera que se proponga disfrutar de las oportunidades que están a nuestro alcance, lo más grave ocurre porque dentro de cualquier ignorancia siempre está el desconocimiento de lo que aun no sabemos.

Es tan obvio que resulta difícil de entender: desconocer qué es lo que ignoramos es tan grave como no saber si tenemos hambre, o sed, o necesidades de evacuar nuestros depósitos de residuos (intestino y vejiga).

La ignorancia no causa dolor, ni físico ni psicológico, y eso nos vuelve absolutamente indefensos ante su existencia. ¿Se imaginan qué sería de nosotros si careciéramos de sensores que nos indiquen que estamos apoyados sobre un hierro incandescente?

Percibimos algunos indicios de ignorancia cuando otro nos habla de algo desconocido como si fuera lo más natural; cuando escuchamos alguna noticia cuya comprensión depende de que conozcamos otros datos; cuando aplicamos un criterio que, tiempo después, reconocemos como ridículamente equivocado.

No deberíamos avergonzarnos de ignorar ni jactarnos de saber, aunque la ignorancia también es causante de estos sentimientos.

Muchas personas piensan que varones y mujeres deberíamos tener orgasmos por igual, a la vez que piensan que no tenerlos es una falla digna de ser solucionada.

Pues bien, la humanidad no sabe responder esta pregunta como tampoco sabe responder otras miles que aun no han sido formuladas, por lo que decía más arriba: cuando ignoramos no tenemos idea de cuánto desconocemos.

No solo la ignorancia genera más ignorancia sino que esto se agrava porque muchas personas tratan de convencernos de sus creencias fundamentalistas... que algún día la historia se encargará de ratificar o rectificar.

Opino que el cuerpo femenino no necesita tener orgasmos (1).

 
(Este es el Artículo Nº 1.778)

10 comentarios:

Sabrina dijo...

La necesidad de tener orgasmos no es,desde el punto de vista orgánico, demasiado fuerte. Tanto en el hombre como en la mujer es una necesidad predominantemente psicológica.

Marcia dijo...

Planteos como los de Sabrina, son los que enraisan más en nosotros la creencia en el dualismo: la cabeza por un lado, el cuerpo por otro. Cuando en realidad es obvio que actúan siempre juntos.

Hugo dijo...

Ignorar implica estar perdiéndose un montón de cosas buenas y malas, de las que uno no puede sacar provecho.

la gordis dijo...

Ignorás al estómago cuando tu atención está centrada muy fuerte en otra cosa.

Natalia dijo...

Supongo que lo mismo que dice la gordis debe pasar con el sexo.

Marta dijo...

Lo que duele es ser consciente de la ignorancia.

Eduardo dijo...

Me gustaría que desarrollara más su postura con respecto a la no necesidad femenina del orgasmo. Aún no me quedan claros sus fundamentos.

Andrea dijo...

Si tenemos ganas de tener un orgasmo y no lo logramos, podemos quedar de muy mal humor (depende de la ocasión). Como mujer no coincido con su hipótesis.

Marina dijo...

Habría que disfrutar del sexo sin pensar en el orgasmo. Lo más disfrutable es la trama, no el desenlace.

Estela dijo...

Lo que me gusta de usted es que da sus puntos de vista de manera valiente, pero sin una intención de convencer.