martes, 24 de enero de 2012

La armonía global de la que dependemos - (Artículo Nº 1.461)

La salud o la enfermedad, la vida o la muerte, están determinadas por la coordinación armónica de factores ajenos a nuestro control.

En otro artículo (1) comento que la cantidad de dinero del que cada uno dispone está determinada por sus características orgánicas personales.

En el artículo mencionado digo que la cantidad de dinero que cada uno tiene está relacionada con lo que su cuerpo necesita tener.

Estoy comparando el dinero con la glucosa, la urea, la sangre, el aire, el agua.

En otras palabras, nuestro cuerpo está permanentemente utilizando miles de insumos propios de nuestro planeta. Algunos insumos están adentro de nosotros (glucosa, urea, agua) y otros están afuera.

De los insumos que están afuera del cuerpo, algunos son propios de la naturaleza (atmósfera, suelo firme, atracción gravitacional) y otros son propios de la cultura (leyes, costumbres, urbanización).

Estamos sanos durante todo el tiempo que se mantiene un equilibrio dinámico de estos factores necesarios o imprescindibles.

Estamos sanos durante todo el tiempo en que nuestro nivel de azúcar (o urea) en la sangre se mantiene dentro de cierto rango de valores, mientras estamos adecuadamente hidratados, mientras nuestros órganos funcionan correctamente.

Estamos sanos durante todo el tiempo que la atmósfera conserva ciertos valores de oxígeno, el nivel del mar no asciende en exceso, los vientos circulan a cierta velocidad.

Estamos sanos durante todo el tiempo que las condiciones sociales conservan ciertos rasgos de orden, seguridad, previsibilidad, solidaridad, respeto mutuo.

Es posible pensar que cada instante de nuestra vida está posibilitado (habilitado, permitido) por la armonía cambiante que tienen los factores que la hacen posible.

Cada organismo (animal o vegetal) puede tolerar algunas alteraciones de esta armonía global sin dañarse. Toda extralimitación (por exceso o por escasez), produce deterioros que pueden ser reversibles (enfermedad curable) o irreversibles (secuelas irreversibles o muerte).

(1) El patrimonio es un rasgo anatómico

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11 comentarios:

Facundo Negri dijo...

Los esfuerzos que hacemos por mantener nuestra salud, no son garantía de nada.

Morgana dijo...

Además de hacer el intento por mantener bajo control los factores que inciden en nuestra salud, deberíamos atender a la necesidad de fortalecernos para soportar las inevitables alteraciones del equilibrio entre todos esos factores. En pocas palabras: un huevo. Imposible.

Lucas dijo...

Cuidar la salud es como levantar un castillo de naipes en terreno volcánico.

Margarita dijo...

Si los insumos exteriores son escasos, hay que cultivar el interior.

Lautaro dijo...

Pocos eligen el interior. Muchos optan por la periferia.

Magela dijo...

Tanto esfuerzo inútil para no depender de nada ni de nadie!!!

Graciana dijo...

El viento de Rocha me tiene enferma. Cómo vuela la arenita! Lo demás todo bien.
No me envidien.

Alba dijo...

Me pregunto cómo es posible que en la ciudad soportemos con tanta resignación el aire sucio, las zonas tugurizadas, la mugre, el hedor de la orina y la basura.

Licandro Soliderich dijo...

Mientras escribo ¨El nivel de azúcar en sangre y los vínculos intrafamiliares¨, me someto con creciente alegría a la agudeza de sus artículos.
Salud, colega!

Franco dijo...

Mi médico no entiende que parte de mi salud pasa por la necesidad de morirme joven.

Ema dijo...

La mayoría dice tener cuerpos necesitados de grandes cantidades de dinero.