La psicología está al servicio del bien y del mal.
Lo mismo sucede con todas las ciencias: tanto salvamos vidas con medicinas que parecen mágicas como provocamos el exterminio masivo con gas tóxico o con guerra bacteriológica.
Conocer la psiquis puede ser utilizado tanto para agregar bienestar como para gobernar, someter y hasta para torturar.
Varias veces he mencionado lo importante que es la construcción y conservación de nuestra identidad como individuos, como ciudadanos, como integrantes de un colectivo.
Esta misma necesidad de ser reconocidos como únicos, diferentes, exclusivos es lo que se trata de anular bajo ciertas condiciones.
Algunas congregaciones religiosas imponen a sus integrantes que abandonen todo rasgo que los haga diferentes al resto. Deben olvidar su historia, su familia, sus costumbres y someterse a una drástica igualación con el resto de los religiosos.
Algo parecido sucede en los ejércitos porque se obliga a los soldados a defender hasta con su vida la dignidad del uniforme que visten en desmedro de la suya propia.
El eje de este artículo es comentarles lo siguiente:
Los establecimientos penitenciarios tienen (o deberían tener) el objetivo y la misión de corregir la conducta antisocial de sus internados. Para lograrlo, todos los recién ingresados reciben el mismo tratamiento de anulación de aquellas particularidades psíquicas que —fuera de la institución— los diferenciaban.
Este proceso por el cual se les quita a los individuos los rasgos personales, aquellas características que los diferenciaban del resto, apela sistemáticamente a la humillación.
Y sólo para recordarlo juntos: humillar es provocar la sumisión y el acatamiento, herir el amor propio o la dignidad, imponer la humildad (imagen).
En suma: algunas formas de ser o actuar (carácter, personalidad, identidad) provocan el rechazo de la sociedad y esta utiliza la humillación como método curativo.
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10 comentarios:
Cuál es su postura al respecto?
Está a favor de usar la humillación como método curativo?
IGUALAR ES IMPOSIBLE
La humildad es un rasgo positivo. Nada tiene que ver con la humillación.
La globalización atenta contra las particularidades culturales de las naciones.
Para construir nuestra identidad es necesario conocer nuestros orígenes y nuestra historia.
Nada más degradante que ir en un colectivo a la salida del trabajo.
En mí la necesidad de ser reconocida como única implica formar una pareja monogámica, entre otras cosas.
La única igualdad posible es la de oportunidades, y aún así es imperfecta porque cada uno tiene una posibilidad distinta de aprovechar esas oportunidades.
Tengo un hermano gemelo pero creo que no hemos tenido demasiados problemas de identidad.
La humillación no sirve como método curativo porque genera mucha agresividad.
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