jueves, 29 de enero de 2009

Necesitaría desearte

Trataré de aclarar entre nosotros qué entendemos por «necesitar» y por «desear».

Necesitar es la sensación de una carencia reiterada que debe cancelarse porque de ello depende nuestra existencia. Siempre tenemos necesidad de comer, de descansar, etc.

Desear es un impulso anímico de poseer algo o a alguien, sin compromiso vital (o sea que si no se consigue seguimos viviendo) y cambiante (a veces deseamos una cosa y otras veces otras diferente). A veces deseamos viajar, otras degustar un cierto sabor, otras estar con alguien, otras practicar algún deporte.

En ambos casos, algo nos falta. En un caso es algo concreto y en el segundo caso es algo más inespecífico.

La necesidad desaparece totalmente con la saciedad (ya comimos, ya descansamos).

El deseo disminuye con su satisfacción pero no desaparece totalmente, siempre queda un pequeño deseo incompleto o cambia nuestro deseo mientras estábamos satisfaciendo uno anterior (estoy con fulana pero desearía revisar los correos).

Estas precisiones apuntan a proponer que la vida en pareja pone en juego una necesidad, una conveniencia práctica, de todos los días (aunque no compromete nuestra supervivencia) y no es un deseo como se pregona románticamente, porque la permanencia de la compañía es siempre la misma y si alguna vez hubo deseo, éste quedó cancelado por la presencia constante de lo que se deseaba, ya que, por definición, sólo podemos desear lo que no tenemos y no podemos desear lo que tenemos.

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18 comentarios:

Anónimo dijo...

No comprendo la utilidad de esta diferenciación. A mi compañero lo deseo y lo necesito. No entiendo la diferencia.

Anónimo dijo...

A mi companero lo necesito pero no lo deseo. Ya lo conozco por todos lados. Lo necesito a él porque es un hombre noble pero deseo al hijo de puta de mi jefe que me mira las tetas con un desparpajo asqueante. Qué punta de mierda soy!!!

Anónimo dijo...

Así que lo mejor para desear es no tener satisfecho el deseo?
Es evidente que hay cosas que es mejor no saberlas.

Anónimo dijo...

Ud es muy negativo.

Anónimo dijo...

ay, HP, ¡cómo te comprendo!

Anónimo dijo...

No puedo dar explicaciones pero si puedo decir que algunas colegas lectoras me explican porqué estoy tan segura de no merecer a mi Juancho. Tengo que luchar a brazo partido contra la depresión que me produce mi propia imagen.

Anónimo dijo...

Me deslumbró HP: qué honestidad!!! Me parece que sos una mina que con códigos.

Anónimo dijo...

TOTALMENTE LÓGICO: nadie puede DESEAR a SU mujer. Ló único que puede pasar es que otros la deseen y que yo desee a otras. El pacto social anula el deseo, Sí es cierto que la necesito a ella y que necesito cumplir ese pacto.

Anónimo dijo...

La única forma en que se lograría anular por completo el deseo hacia la persona amada sería incorporándola por completo, es decir, comiéndosela literalmente. Como eso no forma parte de nuestras costumbres ¡aleluya! el deseo contínua.

Anónimo dijo...

Cuando alguien o algo te gusta deseás volver.

Anónimo dijo...

El tema es que nunca podemos tener del todo al otro.

Anónimo dijo...

Estoy carente de todo tipo de deseos. Las poquísimas cosas que hago las cumplo por obligación y mal. No sé para qué vivo.

Anónimo dijo...

Una cosa que alimenta el deseo es que el otro esté pero que no siempre se pueda.

Anónimo dijo...

La diferencia entre necesitar y desear es bien clara cuando se piensa. En la realidad es mucho más sutil y confusa.

Anónimo dijo...

La cosa está ahí, en eso que ud dice, de que el deseo no desaparece totalmente con la saciedad.

Anónimo dijo...

El deseo saciado es como una fogata recién apagada. Bastan un par de chispas para volver a encenderlo.

Anónimo dijo...

Si yo fuese la fulana que está con ese señor, que mientras está conmigo se le ocurre que desea ver los correos, le aseguro que a ese señor le van a quedar deseos por satisfacer porque yo me las tomo.

Anónimo dijo...

Entonces basta que me convierta en rico para que deje de desear serlo. Así no vale!