La vida siempre estuvo expuesta a peligros.
Desde que el mundo es mundo, corremos el riesgo de que alguien nos ataque, nos robe, nos pegue, nos ofenda.
Aunque son circunstancias muy desagradables, debemos asumir que forman parte de la normalidad. No reconocerlo equivale a privarse de muchas experiencias necesarias o divertidas: Salir a trabajar, a divertirse, a pasear, a llevar a nuestros hijos al colegio o simplemente sentarnos en la puerta para ver cómo van y vienen los otros iguales a nosotros.
Esta mínima fortaleza para enfrentar los peligros milenarios de vivir en sociedad, podría hacerse extensiva a otra fortaleza igualmente necesaria.
Más que fortalecer nuestros músculos levantando objetos pesados, o más que exigirnos mucha resistencia física corriendo quilómetros, es muy pero muy bueno aumentar nuestra resistencia a la frustración.
Para qué sirve? Nada menos que para tomar más riesgos, para ser más aventureros, para poder vincularnos con más gente, para poder hacer propuestas audaces, para enriquecernos con el contacto afectivo y físico con personas nuevas, diferentes cada día.
Todo esto no se hace porque somos débiles ante las frustraciones. Inclusive las personas mejor desarrolladas físicamente pueden ser penosamente vulnerables a un “no”, y para evitarlo, no se vinculan: tienen hermosos cuerpos para disfrutarlos solamente con el espejo.
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19 comentarios:
Mis dos amigas están casadas porque se atrevieron a quitarle el marido a otra. Me estoy replanteando si mis escrúpulos no me terminarán saliendo muy caros.
Hay varios criterios sobre la palabra "promiscuidad". Yo defiendo el que sea de mi talla, es decir, holgado.
Necesito hacer un curso de caradura. Los domingos de tarde ya no los aguanto más sola!!!!
Ud es muy estimulante con los consejos pero mire que una cosa es proponer y otra muy distinta es hacer. Soportar las frustraciones es muy fácil decirlo.
Estoy seguro de que la inteligencia que tengo es la normal, pero el solo hecho de pensar que podría perder un examen y que todos me mirarían con cara de lástima, me ha dejado clavado en un pobre trabajador de tareas pesadas. Hecho un estúpido.
En mi familia siempre me han dicho que soy una mujer sufrida. En verdad no entiendo bien cómo es que me ven. A mí me parece que más que sufrida soy una mujer resignada.
Siendo chaval me las tiraba de aventurero, ahora las canas me han vuelto conservador y prudente.
Crecí siendo la menor de 6 hermanos. No le tengo miedo a nada.
Yo soy de los que bancan hasta que un día dicen nunca más. Por eso nunca más esposa, nunca más suegra y de aquí en más patrón.
hombre! para ud es divertido sentarse en la puerta a ver la gente pasar. dígame qué es lo que ve.
Desde que practico mi rutina aeróbica siento que puedo con el mundo ... y además lo puedo al profe de musculación, que es un nene asustado detrás de tanto músculo.
¡Contacto físico con personas nuevas cada día!
Este licenciado debe tener un harén bien surtido.
Mi cuerpo no es hermoso pero lo disfruto al máximo. Odio desperdiciar lo que es mío.
No soporto estar enamorada. Antes no me daba cuenta. Creía que me desiquilibraba a causa de mi baja tolerancia o por mi irritabilidad. En realidad veo que me sucede algo dramático. Cuando encuentro un hombre que me desarma me siento muy vulnerable. Eso me aterroriza. Me aterroriza mismo. Entonces hago todo lo posible por estropear el banquete. Y cuando el hombre de mi vida se aleja, respiro aliviada. Hasta que pasan los días y vuelvo a ponerme insoportable. Porque lejos no puedo tenerlo y tampoco cerca.
Lo inteligente es evitar los peligros. Eso no es algo difícil, sin embargo yo veo que la gente se expone sin sentido a perderlo todo. Juegan a la ruleta rusa con su vida. Eso no lo entiendo, es todo lo contrario a la paz y no estoy de acuerdo.
A mí no me parece insoportable la frustración de un "no" cuando proviene de alguine a quien quiero conocer. Los "no" más horribles y frustrantes vienen siempre de la gente que ya conozco.
Lo que sucede con las frustraciones es que se te van acumulando y llega un momento que te vuelven un cobarde porque ya no querés sufrir más.
Mi temor a la frustración es del tamaño de mi orgullo.
Ya perdimos el entrenamiento para enfrentar los peligros de la vida. Antes era matar o morir. Ahora aunque matés al depredador, te pudrís en cana. Somos un rebaño de ovejas que mendiga protección.
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