En condiciones
normales, un pene adquiere dureza porque una hembra está ovulando (en celo). Es
ella la que prepara el dispositivo para permitir el ingreso de semen. En
nuestra cultura esta excitación se logra de varias maneras que llamamos
seductoras. Por el contrario una mujer también desestimula la dureza de un pene que no desea recibir. Por ejemplo,
las monjas y las lesbianas, difícilmente provoquen lo que no demandan. Las
feministas agresivas tampoco son
seductoras.
A veces pienso
que esta ideología tiene un origen hormonal.
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