En los espectáculos públicos aplaudimos para descargar una acumulación de energía (angustia) provocada por la situación.
Una batería eléctrica es un «Acumulador o conjunto de varios acumuladores de electricidad» (1).
Sin embargo, la definición completa del vocablo «batería» es
más extensa, significa varias cosas, aunque todas similares.
Por ejemplo, «Conjunto
de piezas de artillería dispuestas para hacer fuego»; «Conjunto de
instrumentos de percusión en una banda u orquesta»; «Cosa que hace gran
impresión en el ánimo».
Ahora me pregunto por qué aplaudimos. ¿Qué es ese golpear
ruidosamente una mano contra la otra, generalmente en forma colectiva, como si
fuera un contagio similar al bostezo?
Habitualmente se dice que el aplauso es una forma de
gratificar a quien realiza algo gratificante para los que aplauden (discurso,
espectáculo, proeza).
El mismo Diccionario de la Real Academia Española
(D.R.A.E.), dice, con su infaltable sentido del humor: «Palmotear en señal de aprobación o entusiasmo» (2).
Si bien no puedo negar que algo de cierto hay en esta
interpretación de nuestros palmoteos
aprobatorios o entusiastas, querría agregar algo más para entender por qué
hacemos algo tan fuera de lugar, que no parece ridículo solo porque estamos
acostumbrados a verlo.
Mi hipótesis es que un cantante (por ejemplo), nos produce
un efecto físico de orden electro-magnético. Su arte, su voz, la orquesta, los
efectos luminosos, cargan nuestro cuerpo como si este fuera un acumulador de
electricidad (batería, pila).
En ese fenómeno hay un factor determinante que es la
acumulación de alegría, entusiasmo, satisfacción, admiración, placer, de muchas
otras personas, lo cual refuerza el efecto acumulador en nuestros cuerpos.
Cada tanto, por ejemplo, cada vez que termina una canción,
aplaudimos para descargar el exceso de energía (angustia) acumulada durante la
interpretación del cantante. Si no aplaudiéramos nos sentiríamos mal.
En suma: un concierto es un fenómeno eléctrico.
(Este es el Artículo Nº 1.780)
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10 comentarios:
Es la mejor definición de concierto que he leído: ¨un fenómeno eléctrico¨.
Si fuera por mí, cada vez que termina una canción me comería a besos al cantante.
¿Por qué de esa acumulación de energía tiene que despernderse angustia? ¿Por qué no un enorme placer que llega al éxtasis?
¿Angustia? Pere, pere que voy a hacer pipí
Freud estudió con especial ahínco el tema de la angustia. Se interesó mucho por lo que él llamaba angustia neurótica, esa que no parece tener un motivo claro.
En los primeros tiempos pensó que la represión de la libido era la que causaba la angustia. Luego se rectificó y dijo: ¨la angustia causa aquí la represión y no, como habíamos dicho antes¨. Es decir, aparece primero la angustia y después la represión de la libido, la represión de aquellos impulsos inaceptables para un Yo que quiere alcanzar el ideal del yo.
La aparición del placer causa angustia, por eso necesitamos aplaudir.
El niño, con un Yo endeble, en formación, no es capaz de elaborar la pérdida del ser amado y la traspone en angustia.
Son innumerables las situaciones en las que un niño pequeño puede sentir la pérdida de un ser amado.
Me pregunto, ¿las prácticas incestuosas colaboran en ese temor a la pérdida?. Si el niño ya tiene incorporada la Ley, cualquier comportamiento trascendente que la trasponga generará angustia. Si no respeta la Ley y sus referentes tampoco la respetan, quedará afuera de la comunidad, solo con su placer. Mamá y papá representan a la comunidad pero no son la comunidad. Solo con mamá o con papá estoy por fuera de la triangulación. Me pierdo a mi mismo en la simbiosis madre hijo, por lo tanto quedo completamente solo.
Vi ¨Diarios de Motocicleta¨ y la verdad que es una película que angustia. No te muestra nada nuevo ni desconocido, sólo te obliga a reencontrarte con lo que ya conocés.
La canción ganadora del Oscar te remite a la esperanza: ¨creo que he visto una luz al otro lado del río¨. Por eso des-angustia.
en señal de aprobación y entusiasmo
mejor me voy a dar un buen baño
les aseguro:
a nadie quiero hacer daño.
Hay una enorme diferencia entre golpear las manos aplaudiendo y golpearse la cabeza contra la pared. En el primer caso estamos hablando de una angustia manejable, en el segundo caso no.
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