jueves, 6 de diciembre de 2012

Somos satélites de los ovarios



   
Los humanos, en última instancia, dependemos de las hormonas femeninas responsables de la conservación de la especie.

La Naturaleza funciona sola, sin la ayuda de los humanos, aunque nuestro afán de protagonismo, sumado a las fantasías de omnipotencia, nos hagan pensar que «¡si no fuera por nosotros...!».

Pero no, la Naturaleza podría prescindir de nuestra especie y seguir tan campante. Más aun: contrariando a algunos agoreros (adivinos pesimistas), el planeta no pasaría a estar mejor sin nosotros, dado que todos nuestros intentos destructivos o benefactores son inoperantes, inútiles, ineficaces.

En esta idea, tan insegura como las más populares, les comento cómo correspondería interpretar las relaciones de pareja según la teoría que les he comentado en muchos artículos (1).

Si consideramos que:

— la hembra humana convoca a un varón para que la fecunde;

— el varón concurre sumisamente a copular con ella;

— las normas culturales imponen la formación de familias monógamas;

— la naturaleza de uno y otro cónyuge los impulsará a ser polígamos clandestinamente;

— la mujer realiza el 80% de la tarea más importante (conservar la especie);

— estimulado por la seducción femenina, el varón obedece a lo que ella le solicita de forma similar a como le pide para ser fecundada (seductoramente). Ella le solicita dinero, protección, que haga tal o cual tarea, que tenga tal o cual rasgo de personalidad (cariñoso, trabajador, enfermizo, tiránico, sociable, huraño, chistoso, inescrupuloso, abusador, intelectual, etc.);

— estos logros de la mujer solo ocurren cuando ella está bajo los efectos de hormonas que la siguen estimulando para tener más hijos con su cónyuge. Si ese segregado se interrumpe, ella perderá el poder estimulante que tiene sobre él y este quedará en condiciones de abandonar el hogar que ya no lo atrae hormonalmente;

...entonces podemos pensar que el poder femenino sobre el varón depende de sus hormonas reproductivas.

(Este es el Artículo Nº 1.770)

3 comentarios:

Mª Eugenia dijo...

¿Usted dice que nuestros intentos destructivos son inoperantes porque la naturaleza nos gobierna?
Mmmmm, la realidad parece demostrar lo contrario.

Andrés dijo...

Supongo que las hormonas masculinas también producirán factores determinantes sobre las mujeres.

Olga dijo...

¡Así que después de la menopausia dejamos de influenciar a nuestra pareja! No me parece...