Sé que es
indignante. Es tan indignante que yo prefiero seguir siendo varón. En la mente
humana las mujeres son el terreno donde germinan las semillas de ser humano y
por eso son consideradas propiedad de algún agricultor. Ellas gritan y
patalean: “¡No es No!” como si la tierra gritara “¡No quiero semillas de
perejil!” Las comprendo: Se aferran al pensamiento mágico de un “Abracadabra”,
o “Hágase la luz”. ¿Así que No es No? Y con esa simple fórmula de Harry Potter
pretenden cambiar la estructura milenaria de toda una especie. Sólo un
cristiano o un socialista pueden ser tan ilusos voluntaristas.
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