LOS CORRUPTOS NOS PUDRIMOS
Desearíamos NO SER
CORRUPTOS, pero no en el sentido moral sino en el de pudrirnos en la tumba:
queremos ser inmortales o dejar la orden de cremación. Por esta ambigüedad del
término corrupción, la deploramos pero terminamos aceptándola como inevitable.
Esto explica que el “incorruptible
Frente Amplio admita el nepotismo entre
sus filas. Lo admite desde el presidente (que tiene a su hermano trabajando en
el Ministerio del Interior), para abajo. La lógica está en que todos haríamos
lo mismo si estuviéramos en ese lugar así como terminaremos corrompiéndonos en
sentido biológico.
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