El SACO de Venturino me
daba ASCO de tan sucio, pero era el amante de mi madre y tenía que soportarlo
para que ella no llorara. También yo me daba asco porque lo adulaba por los
regalos que me hacía. ¡Qué corrupto fui! Con el pretexto santificado de Papá
Noel me arrastro como un gusano.
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