sábado, 5 de mayo de 2018

CRECER HACIA ABAJO




Mis padres eran muy altos pero insensibles, y cuando me sacaban a pasear desconocían que mis pies no llegaban al suelo; por eso aprendí a caminar cuando las piernas, a los 5 años, modificaron su longitud. Mis zapatos “aterrizaron” después de una gripe que me permitió bajar varios centímetros, aunque quienes me veían sin mis padres decían que había crecido.

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