domingo, 10 de agosto de 2014

La historia con el frutero



 ¡¡¡¡¡¡Ya es el cuarto mensaje que Roberto me envía!!!!!............, y el segundo en el que pregunta por los niños... Es obvio que tiene ganas de tener sexo,  pero…., pero, ¿qué?,  no se anima a sugerirme que lleve los niños al apartamento de mamá... ¡¡Ah !! Yo no tengo ganas de nada, estoy muerta, cansada, siempre entre estas paredes: él, por lo menos sale y maneja el camión y yo siempre acá, metida….Ahora recuerdo a  tía Adelaida,  siempre me decía: “Tratá de mantenerle contento el pene y el estómago. Así lo tendrás a tu disposición”. Ji, ji, ji… Parece que yo misma pienso eso aunque  si me voy a guiar por cómo le fue a ella, no debería aceptar sus consejos. Me parece que es medio frígida. Hoy yo no tengo muchas ganas pero ella, la tiíta,  creo que nunca quiso  desnudarse ni que la desnudaran….. ¡¡Pobre!!
— ¡Hola, mamá! ¿Cómo andás? ¿Cómo te encontrás para soportar a tus nietos un ratito? ¡Dale, ma, yo te acompañé al médico! ¡Colaborá un poquito con tu única y mejor hija...daaaale! ¡Ok, viejita, usted sí que es una genia! No, no tengo que salir. Es otra cosa… No, ahora no puedo explicarte…  ¡¡No seas desconfiada, che!! A las 8 y 20 te los pongo en el ascensor...si, si, antes te llamo para avisarte...No sé, ¿una hora será mucho? OK, quedamos así: te llamo y me los aguantás una horita. ¡Chau, hasta luego!
Primer punto arreglado. No me va a sobrar mucho tiempo.
— Chiquilines, ¿alguien tiene que entrar al baño que me voy a duchar? ¿Estás seguro, Nicolás? Mirá que a vos siempre te vienen ganas cuando acabo de quitarme la ropa. Bueno, bueno, bueno, yo me baño rapidito.
El conjunto salmón es el que más lo calienta a pesar de que me lo regaló su madre. ¿A pesar o porque me lo regaló precisamente ella...? ¡Qué degeneradito mi Roberto! Mejor uso el jabón líquido que le compré a la contrabandista. A ver ustedes, ¿están prontas para que unas manos viriles las apretujen como si fueran infladas? Y vos, ahí abajo, ¿podrán venirte ganas de recibir visitas? ¿Te pensás lubricar como si estuvieras desesperada? ¡Somos amigas: no me falles!
— ¡Ah, no, no, no, noooo, Nicolás, otra vez la misma historia! ¡Oriná en una maceta de la terraza! ¡Ya termino!— Me salió edípico como el padre mi hijito…..
Es la hora.  Es la hora.  Es la hora………..
—Mami, ¿te asomás al palier que te los mando? Ok, ahí van. Pórtense bien, ¿oyeron? No se llenen de caramelos que la cena está casi pronta. Parece que papá acaba de entrar al garaje. ¡¡Suban al ascensor que después lo saludan!!.
¿Cómo vendrá hoy el hombre? A él le gusta más que lo acose sin darle tiempo a bañarse. Menos mal que las mujeres somos aptas para meter la nariz en cualquier lado. ¡¡Aaaahhh…!!
—Hola, mi rey. ¡Qué lindo te ponés con carita  de cansado! Acabo de sacarme a los niños de encima porque estoy desesperada. — ¡Cómo les gustan las putas a los hombres! Puso cara de maligno ¡qué ingenuo, se siente el Lobo Feroz, jaja!
—A ver qué tenemos acá, ummm, ¿qué es este paquete tan grande? ¿Es todo suyo, señor? Vení, entrá que necesito tomar algo para tranquilizarme—. Le encanta que le trague el semen. A ver qué olor encontramos en la cueva a Alí Babá. No cruzo los dedos para poder bajar el cierre con destreza. ¡Qué lindo! Al tocárselo me late el corazón. Capaz que tengo suerte con mi primorosa vaginita. Esta maniobra de sacársela del calzoncillo y del pantalón creo que lo llena de orgullo. Meter los dedos, así, como quien arma ñoquis…Le gusta que me ponga de rodillas ante él. También tiene complejo de amo. Me gusta que sea así. Es un buen tipo. No es como Alcides pero me gusta. Ummmm, ¡qué salado! No está tan mal. Este hombre está demasiado excitado. Tendré que ser prudente para que no eyacule y se le vayan las ganas de penetrarme. Mi vaginita se contrae; parece que escuchó mis ruegos. ¡Qué lindo pene! Cuando era chica quería tener uno como mi hermano y ahora tengo más de uno, pero en la boca. Je, je: en mi boca. Me gusta ser mujer. Me gusta apretarle los glúteos. Él se excita más. No, no, está a punto de eyacular, ¡alto ahí! Mejor le demuestro que también lo quiero en la cama. ¡Ay, que oficinista tan machote, jaja! Mejor me quito el sostén, no sea cosa que me lo rompa. ¡Uy, uy, me lubriqué tanto que estoy haciendo ruido a inundación! ¿No tendré algún orgasmo ya que me entusiasmé inesperadamente? Me gusta, me gusta, puede ocurrir, sí, podría ser, ¿aguantará él un poco más? ¿Y ese ruido? Todavía no hace una hora. Vamos Robertito, mi amor, acelerá! No puedo creer que esta yegua de mierda me mandó a los chiquilines ya. ¡Maldita vengativa! Mirá cómo se las cobra que le haya contado a mi padre la historia con el frutero. ¡Dale, Robertito, llename de leche, mi amor, dale, dale! Están tratando de entrar, ¡eyaculá vos solo, mi amor! ¡No puedo creer que tenga una madre tan hija de puta!
(Este es el Artículo Nº 2.233)

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