La vida es un fenómeno químico consistente en rectificar desequilibrios durante un cierto tiempo, finalizado el cual hablamos de muerte. La muerte es la pérdida de aquel dinamismo. La falta de vida permite el retorno de los componentes corporales a su estado primario (calcio, agua, etc.)
El ser humano percibe el desequilibrio esencial (imprescindible) con un sentimiento de angustia. El malestar que ésta le provoca lo lleva a realizar actos necesarios para el restablecimiento del equilibrio. Una vez logrado éste, comienza la gestación de un nuevo desequilibrio, sin el cual el fenómeno vida desaparece.
El sentimiento de angustia se aplaca sólo circunstancialmente, así como un objeto que es lanzado hacia arriba llega a un punto en el que está completamente quieto, a partir del cual retoma el movimiento hacia abajo. La ausencia de angustia se corresponde con ese instante de quietud del objeto lanzado.
El monto de angustia suele verse aumentado innecesariamente cuando el sujeto procura evitarla. Esto recuerda a quien no sabe nadar y desconoce que el cuerpo humano flota: cuando comienza a realizar movimientos bruscos motivado por la desesperación, suele nadar hacia el fondo y ahogarse. Cuando ese cuerpo recobra la quietud con la muerte, vuelve a la superficie.
¿Por qué procuramos evitar la angustia? Como dije más arriba la angustia es la sensación subjetiva de los intentos que hace la vida por rectificar los reiterados desequilibrios gracias a los cuales puede continuar. Imaginemos que un velero tuviera sistema nervioso y que tuviera sensaciones orgánicas cuando el viento presiona sobre la vela, esta tira del palo mayor que está unido al casco, el cual se mueve a pesar de la resistencia que le hace el agua. Si nos ponemos en el lugar del velero, nos damos cuenta cuán cansadora es su tarea.
La angustia es una molestia (el viento) gracias a la cual podemos seguir vivos (navegar). Tanto el ser humano como el velero, cuando tiene que soportar demasiada angustia (huracán), puede perecer (naufragio).
El psicoanálisis logra que el analizante disponga de la angustia necesaria: ni de más, ni de menos. Quien tiene angustia de menos corre tanto riesgo de perecer como quien tiene angustia de más. El psicoanálisis es un arte científico que ubica el monto de angustia en su justo nivel. Mejor que con el psicoanálisis no es posible vivir. Es el administrador perfecto de ese sentimiento esencial para la vida.
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