miércoles, 30 de septiembre de 2009

Locatarios contra visitantes

Los que practican deportes competitivos saben qué diferente es jugar con público a favor que con público hostil.

Cuando al finalizar el encuentro algunos hinchas gritan «¡ganamos!» dicen la verdad al incluirse como protagonistas.

El aliento desde las tribunas es determinante del desempeño de quienes efectivamente están compitiendo.

Los aplausos, los cánticos, los acompañamientos musicales estridentes, recibidos por los jugadores, optimiza realmente su desempeño. No es una ilusión, ni una fantasía y ni una creencia mística: realmente lo sienten, los emociona y los influye.

Si estamos de acuerdo en lo precedente, también podemos avanzar un poco más y afirmar que en nuestra vida tendremos éxito con más frecuencia en aquellas actividades para las que recibimos el apoyo de nuestro entorno (padres, familiares, amigos, profesores).

Nuestro auditorio reaccionará favorablemente con aquello que más le gusta de nuestra actividad y nos alentará a que «hagamos más de lo mismo».

Los deportistas prefieren siempre jugar como locatarios y rehúsan jugar como visitantes. Estos son datos de la realidad. Todos los conocemos.

Aunque nuestra gestión de vida sea mucho menos concentrada en el tiempo (las competencias deportivas duran unos pocos minutos), dependemos en gran medida de ese aliento porque equivale a energía, a combustible (como si fuéramos una máquina).

La escasez de energía, nos quita entusiasmo, alegría, fuerza, productividad: vida.

De ahí que nuestra estrategia debería consistir en «jugar» siempre de locatarios, con auditorio a favor y evitar «jugar» como visitantes con auditorio hostil.

Este artículo es útil por dos motivos: Porque las premisas parecen correctas, válidas, compartibles, y segundo porque no somos educados para buscar sistemáticamente los mejores auditorios y hasta podemos sentir que no somos locatarios en ningún lugar.

●●●

martes, 29 de septiembre de 2009

Huyamos del es3

Por la red informática que nos interconecta van y vienen miles de presentaciones en las que predominan las imágenes de paz, amor, sabiduría, calma, tranquilidad, con textos donde se pregonan las claves infalibles para lograr ternura, comprensión, serenidad.

Suelen estar musicalizadas con temas lentos ideales para la meditación.

La consigna de estas pequeñas obras de arte es: «bajemos el estrés».

El estrés parece ser uno de los principales enemigos a los que tenemos que enfrentarnos en la actualidad. Se le atribuyen gravísimas repercusiones orgánicas además de disminuir por sí mismo la calidad de vida que todos merecemos.

Ya a principio del siglo 20 Freud opinaba que la homofonía (la semejanza en los sonidos de las palabras) favorecía una segunda interpretación.

Es decir que en el lenguaje no solamente se producen las diversas interpretaciones de mismo texto porque el idioma lo permite (polisemia) sino que además la semejanza en los sonidos tiene valor significativo.

En el artículo titulado El matrimonio cardiológico les decía por ejemplo que la frase «con razón» puede sugerir la palabra «corazón» con tan solo omitir la letra «n».

El principal problema psicológico que tenemos (según el psicoanálisis) se origina en el complejo de Edipo (por el cual nos enamoramos del progenitor del género opuesto al nuestro).

La prohibición del incesto es el hecho agravante de esa primera frustración amorosa y que deja huellas cuando se resuelve exitosamente pero que deja dificultades de diversa entidad la mayoría de las veces porque suele no resolverse.

Por homofonía la palabra «estrés» puede oírse como «es tres», remitiendo al llamado «triángulo edípico», es decir a los problemas psicológicos (y estresantes) provocados por el enamoramiento y conflicto que padecemos con mamá y papá.

●●●

lunes, 28 de septiembre de 2009

El nacimiento de las mentiras

Los niños nos enseñan a los adultos porque son más trasparentes y espontáneos sin dejar de reconocer que la psicología aún no lo sabe todo sobre ellos.

Veamos entonces porque miente un niño para saber porqué mentimos los adultos:

1) Por rebeldía: no es fácil para ellos soportar la educación y nuestra autoridad. Aún si la comprendieran es una manifestación de salud que se rebelen al menor costo posible (es decir, mintiendo, engañándonos);

2) Por desacuerdo: ellos tienen sus propios criterios de lo que está bien y lo que está mal así como lo que es verdadero o falso, pero no tienen suficiente poder coercitivo para imponer «su verdad», por tanto apelan a la mentira para disimular esas discrepancias;

3) Por diplomacia: el instinto de conservación los instruye para decir sólo aquello que no genere violencia, represalias, castigos, rencores, venganzas, pérdida de privilegios;

4) Por discreción: hay cosas de sí mismo que prefieren no comunicar porque forman parte de su dominio, de aquello sobre lo que tienen control. Son «su propiedad privada».

5) Como defensa contra la realidad: En este caso la mentira hacia los demás no es más que una mentira a sí mismo. Son hechos, datos que prefieren ignorar y lo consiguen mintiendo y mintiéndose.

6) Como diversión: La mentira, el juego, la ficción, el sueño, son forma de disfrutar de una realidad placentera, gratificante, divertida.

Cuando somos adultos seguimos haciendo lo mismo aunque con algunos perfeccionamientos, con más habilidad y destreza.

●●●

domingo, 27 de septiembre de 2009

El árabe

Desde hacía varios días un auto grande con vidrios oscuros permanecía estacionado en la misma esquina de Duvimioso Barca y El Trigal.

Al cuarto día se integró al paisaje y los vecinos dejaron de verlo.

Los vagabundos que dormían a cielo abierto retomaron los temas habituales sobre hechos de sus vidas que nunca se cansarían de repetir para conservar fresca la heroica existencia que hacía mucho perdieron para siempre.

La conversación cambió cuando se reintegró el famoso árabe luego de haber sido intervenido quirúrgicamente para suturar las heridas sufridas en un confuso accidente.

Llegó cargado de anécdotas que sólo las altas dosis de alcohol podían volver creíbles en el desmerecido auditorio.

Confiando en sus compañeros, contó cómo había logrado terminar con el trabajo que su alma le había encomendado matando al hijo del abogado que había matado a su único hijo y familiar.

Los compañeros escuchaban con la mente en permanente cerrazón cómo el árabe había calculado obsesivamente los diferentes planes para cumplir su venganza.

En total eran cinco planes ordenados del tal forma que si fallaba el principal, rápidamente sería sustituido por el segundo y así hasta lograr el único objetivo de su vida.

Luego de cumplir su venganza, escapó por milagro a los guardaespaldas del muchacho muerto, pero ahora su vida se había llenado de paz. Aquella capacidad para urdir un plan infalible lo alentó a cambiar de vida y en pocos días dejaría de vivir en la calle.

A la mañana siguiente estaban sus pertenencias pero no él, unos días después un policía lo buscaba y una semana después el auto negro también desapareció.

La historia del árabe se integró al menú de leyendas infinitamente repetidas.

Cuando algún integrante contaba algo difícil de creer, los otros protestaban «¡termina ya con tus arabescos!»

●●●

sábado, 26 de septiembre de 2009

El deseo es un Caballo de Troya

En la obra del escritor griego Homero (del siglo 8 antes de Cristo) titulada La Odisea se narra la leyenda de cómo los griegos lograron conquistar la ciudad de Troya después de 10 años de asedio.

Los griegos construyeron un enorme caballo de madera al que llenaron con sus mejores guerreros y simularon renunciar a la lucha dejando ese regalo a los troyanos.

Felices por el fin de la guerra y el hermoso caballo, se vieron sorprendidos cuando en la noche salieron los guerreros, abrieron las puertas del fuerte y en poco rato los troyanos se vieron finalmente conquistados por los griegos.

………

Un joven de 18 años le pide a su papá que le regale un auto.

El padre reacciona con una furia inesperada. El joven queda confundido porque lo peor que esperaba era una serena negativa. La madre observa a su marido y no puede creer lo que está pasando.

¿Por qué el padre reaccionó de esta forma? Una buena explicación tiene que ver con el Caballo de Troya.

Es muy probable que este señor, sin saberlo, se ponga en el lugar de su hijo porque le hubiese gustado tener un auto cuando tenía su edad.

Sin embargo, considera que facilitarle las cosas de esa manera perjudicará al chico además que sentar un precedente para los otros dos hijos menores.

¿Imaginan la furia, desesperación e impotencia que sintieron los troyanos cuando entendieron que el caballo que habían ingresado a la ciudad traía en su interior a sus propios enemigos?

Este señor también se enfurece porque en su corazón está el deseo (como si fuera su enemigo) de hacer un regalo que responsablemente no debe hacer.

●●●

viernes, 25 de septiembre de 2009

Mala puntería

La refracción es el cambio de dirección que experimenta una onda al pasar de un medio material a otro.

Pero mucho más claro es observar la imagen con el vaso y la cuchara.

Ahora imaginen que alguien quisiera cazar-pescar un pez con un arco y una flecha. Si esta persona apuntara al lugar donde ve el pez, erraría el tiro.

Algo similar sucede en el plano psicológico.

En el artículo titulado Los botones idénticos pero diferentes les comentaba sobre lo que en psicología se denomina contratransferencia.

Para que un psicoanalista pueda lograr efectos terapéuticos necesita saber de sí mismo porque él es su principal instrumento de observación.

Cuando siento que un paciente me está seduciendo con lo que dice, se está produciendo en mí un fenómeno parecido al de la cuchara dentro del vaso con agua: Lo que siento no es lo que es sino lo que mi psiquis cree que es.

El imaginario cazador-pescador, una vez que aprende sobre la refracción de la luz, apuntará a donde él calcula que está el pez que lo alimentará y no a donde sus ojos le dicen que está.

Cuando creo que un paciente me seduce debo poder hacer las correcciones necesarias para entender lo que efectivamente está sucediendo (por ejemplo, me adula para dominarme).

Un psicoanalista debe estar permanentemente en análisis para poder entender al paciente. Pero además, las personas que se psicoanalizan también aprenden a corregir su capacidad perceptiva del entorno y por esta vía aumenta significativamente su eficacia, su realismo, disminuyendo la angustia que se siente cuando lo que uno ve resulta que no era lo que parecía o no estaba donde hubiéramos jurado que lo vimos.

●●●

jueves, 24 de septiembre de 2009

La matemática no sirve para hacer cálculos

En el artículo titulado Los botones idénticos pero diferentes les comentaba el interesante fenómeno de la contratransferencia.

Debido a él, podemos suponer que una persona que nos acaban de presentar es un poco parecida a nuestro tío predilecto por la forma de hablar pero el traje que tiene puesto es igual al del hombre que nos chocó el auto cuando nos íbamos para la playa hace 22 años, arruinándonos el paseo.

Estas asociaciones inconscientes diseñarán nuestra forma de tratarlo con actitudes generalmente inexplicables (por ejemplo, nos reímos de sus chistes recordando al tío pero desconfiamos de él recordando a quien nos arruinó un paseo).

Todo esto pasa de forma casual pero el mismo fenómeno es utilizado de forma sistemática (con un método) en la educación que recibimos durante nuestros primeros años de vida.

Por ejemplo, cuando nos enseñan las razones y proporciones (aritmética) incorporamos la noción de justicia.

Aunque parezca desvinculado un tema con el otro, alguien que haya desarrollado la capacidad de entender este concepto será un ciudadano con un criterio de justicia más equilibrado que otro que no logró aprender aquellas fastidiosas nociones y que considerará razonable la pena de muerte para un ladrón de gallinas (des-proporción).

Con este ejemplo pretendo fundamentar por qué nuestros vínculos se nutren de experiencias pasadas aparentemente desvinculadas del presente, de manera similar a cómo estudiando matemáticas podemos determinar la manera de encarar la convivencia con nuestra comunidad.

La educación nos provee recursos para que cuando se nos presenten ciertas situaciones en las que naturalmente iremos a buscar inconscientemente experiencias pasadas, encontremos datos para que la reacción actual sea favorable a nosotros y a la comunidad.

●●●